MAG MAYO-JUNIO 2016 | Page 78

Varios otros países, con radiaciones menores (Alemania, España, etc.), han entendido mucho antes el valor de este recurso, promoviendo su aprovechamiento también a nivel domiciliario. Nuestro país cuenta recién desde el 2012 con una Ley de Generación Distribuida que permite “vender” el exceso de energía producida a nivel domiciliario al Sistema.

Hoy en día, el precio de las tecnologías ha venido disminuyendo, permitiendo rentabilidades interesantes a los proyectos industriales o domiciliarios. Por otro lado, en cualquier caso, se genera una cadena de valor para cada mercado, diferente en algunos aspectos, pero similares en otros. Aunque los grandes proyectos sean ejecutados por entidades extranjeras, o ya sea porque los paneles fotovoltaicos se fabriquen en otros países, se necesitará mano de obra calificada para realizar la operación y mantención, reparación, suministro de partes y piezas, fabricación de estructuras, obras civiles, etc. Todo eso debe poder salir de nuestro territorio, pues es lo que favorece el desarrollo productivo de nuestro país.

La capacidad que tengamos de resolver problemas tecnológicos más allá del mero despliegue y aprovechamiento de oportunidades de inversión hará una buena diferencia. En otras palabras, es necesario indagar y generar condiciones para que se desarrollen nuevas capacidades productivas a nivel local.

Hoy en día surge de manera casi natural decir que la Región de Antofagasta tiene una alta radiación y que tenemos un gran desierto capaz de cobijar grandes proyectos de generación de electricidad gracias al Sol.

NUEVO! CLUSTER AHORA