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¿Estás en una encrucijada?

¿Has de decidir entre dos o más caminos? ¿De ello depende tu futuro o el futuro de la empresa? Para tomar decisiones, lo más importante es hacerse primero una pregunta ¿Eres un experto en lo que has de decidir? Si lo eres, adelante, confía en ti. Si no lo eres, consulta con alguien de confianza, pero que no sea mamá (a no ser que ella sea especialista en el tema). Quiero decir, que es fundamental rodearse de un buen equipo de asesores. A veces queremos decidir solos, cuando lo mejor es dejarse ayudar por especialistas.

Generalmente, cuando somos profesionales en un área determinada, lo primero que pensamos es lo correcto. Eso que aparece en nuestra mente en primera instancia, antes de una sesuda reflexión, de darle mil vueltas a las cosas y de llegar, después de varias hipótesis diferentes, a la misma idea inicial. Eso es lo que se llama intuición o pensamiento inconsciente y suele acertar casi siempre. Aquí tenemos que diferenciar entre saber y conocimiento. El conocimiento es consciente, es todo aquello que hemos aprendido en los libros de texto, en las lecciones magistrales de nuestros maestros.

El saber es inconsciente, es mucho más amplio que nuestro conocimiento consciente, incluye la lectura de ciertas señales o percepciones: lo que se dice en la negociación, lo que se calla, los gestos que se hacen, la confianza o desconfianza que el otro me inspira, las experiencias previas y los conocimientos adquiridos también, pero dejados a su libre curso, sin prejuicios, sin racionalizaciones.

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fRENTE A LA ENCRUCIJADA

LA TOMA DE DEcIsIONES