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El desarrollo implica crecimiento y consumo mientras que la sostenibilidad promueve la conservación y recuperación de los recursos naturales y culturales … entonces como podemos conseguir un desarrollo sostenible si a primera vista pueden parecer términos contrapuestos.

Rescato del libro “De la Cuna a la Cuna” Rehaciendo la forma en la que hacemos las cosas” del Químico Alemán Michael Braungart y el Arquitecto Americano William McDonough, un ejemplo que nos puede ayudar a comprender como el diseño debe estar enfocado en ciclos cerrados de materiales.

Al desarrollarse el árbol del cerezo produce miles de flores y frutos cuando solo necesita una semilla para germinar y reproducir su especie. Toda esa generación de excedentes no lo vemos como algo ineficiente o como un mal uso de los recursos los cuales generan un impacto negativo ya que sirven de alimento a insectos, pájaros y otros organismos.

Lo que no se consume se descompone y se convierte en nutrientes para los microorganismos, y finalmente se recupera en el suelo. La fertilidad del árbol produce recursos para todo el ecosistema en el que se encuentra, está diseñado para que todos los subproductos o “residuos” se conviertan en “comida” para otros organismos.

El problema del desarrollo “industrial” o el crecimiento “urbanístico” es que no siga la misma lógica que la naturaleza y muchos de sus subproductos son totalmente inservibles, altamente contaminantes e incluso perjudiciales para la salud.

No debemos intentar crear una industria más pequeña o más eficiente sino re-diseñarla para que a medida que crezca mejore la calidad de vida, restaure los ecosistemas, reabastezca de recursos, nutra el mundo y los que habitamos en él. Igual que el cerezo el cual a medida que crece busca su propia regeneración al proporcionar alimento a otros organismos, enriquece el entorno y ecosistema donde habita y cuando muere vuelve a la tierra devolviendo los minerales y la materia para volver a crecer en el mismo lugar.

Los productos que desarrollemos deben promover una mejor salud, recuperación de la diversidad y la regeneración de entornos naturales y culturales.

Ya existen ejemplos y podemos promoverlos:

- La agricultura ecológica,

- La generación de compost de nuestros desechos,

- Coches eléctricos que se recargan con fuentes de energía renovable,

- Pilas de hidrogeno donde el residuos es agua,

- Carreteras construidas con paneles fotovoltaicos,

- Uso de materiales reciclados para la construcción,

- Compensación de emisiones o cero carbono,

- Producción ciclo cerrado,

- Fomento de economías locales o productos kilómetro cero, entre otros.

Cuando le preguntamos a un niño que es desarrollo, te dirá que es bueno, que es el resultado de estar sano. En cambio a medida que nos hacemos mayores parece que el término tiene un componente perverso asociado al consumo de recursos finitos para el beneficio propio y no el de la sociedad como conjunto.

Esta es la mentalidad que debemos cambiar y todos podemos aportar a este nuevo enfoque con nuestras decisiones de compra, favoreciendo un consumo responsable, reduciendo nuestra huella ecológica y promoviendo practicas responsables y saludables para finalmente conseguir que el desarrollo sostenible deje de ser una utopía y se convierta en una realidad.

dESARROLLO SOSTENIBLE ¿UTOPIA?

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