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Rodrigo Poblete Chávez.

PhD Ingeniería Ambiental, Máster en Sistemas de Energía Térmicos y Magister en Ingeniería Ambiental. Académico en la Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente de Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte (UCN) sede Coquimbo. Es profesor de ingeniería y gestión ambiental. investigador en I+D en sistemas de tratamiento y aprovechamiento de residuos, sistemas de aprovechamiento de energías renovables y eficiencia energética. Además es coordinador del proyecto de campus sustentable de la UCN en Coquimbo.

Es sabido que la actividad humana requiere de una serie de recursos, o insumos, para su desarrollo. Estos recursos son valorables en una serie de dimensiones, por ejemplo la económica. Sin embargo, debido a múltiples razones, en el uso de estos recursos para el quehacer humano, genera externalidades negativas, y una de las más importantes son los residuos. A estos residuos los podemos considerar pérdidas, las que en términos de masa son inversamente proporcionales a la eficiencia en el uso de los recursos.

En ese contexto, y teniendo en consideración que los recursos son escasos, existe una tendencia hacia el mayor aprovechamiento de estos, con un claro objetivo en la optimización económica de los resultados de un proceso o actividad humana.

Desde otro punto de vista, los residuos deben ser gestionados adecuadamente, para cumplir con las normativas legales de cuidado del medioambiente. En ese sentido existe una jerarquía en la gestión de residuos, llamada “Triple R”, que siguiere que los residuos sean reducidos (minimizar su generación), reutilizados (darle otro uso) y reciclados (reingresarlos a un ciclo de consumo). Con esto se tiende a un mejor aprovechamiento de los recursos (nuevos y/o usados). Una vez que este esfuerzo ya ha sido realizado, lo que no se ha logrado reducir debe ser gestionado como basura. Esa estrategia, a pesar que es unos de los objetivos de las autoridades ambientales de muchos países, rara vez se ejecuta, y casi siempre la única gestión que se realiza para los residuos es llevarlos a vertedero.

Un interesante método que apunta a una reducción en estas externalidades negativas está orientada hacia una reingeniería en la producción, en la cual las empresas desarrollan cambios en sus procesos productivos, incluyendo equipos e insumos, con el objetivo de generar menos residuos y que los que se produzcan san útiles para otro proceso productivo (por ejemplo para una empresa distinta). Cuando se logra desarrollar esto, el residuo puede pasar a denominarse subproducto. Si se está ante un grupo de empresas que se ha organizado de esta forma y los subproductos generados son utilizados en un ciclo definido, se está en presencia de un Ecoparque. Esto permite una reducción en la adquisición de insumos, menores costos en gestión de residuos y generar un desarrollo sustentable palpable.

MEDIO AMBIENTE SUSTENTABLE