Madrid en un frasco de Eter Madrid en un frasco de éter_TEASER | Page 14

14 Mauro García observan nada, todo su tiempo tirado a la basura por una enfer- miza dependencia del coche. Metro de San Bernardo, dirección este, línea cuatro, siete paradas, veinte minutos. La ansiedad, el dolor en el pecho, la tos que tienes cada vez que la sufres, como si quisieras vomitar, pero en realidad solo es la laringe, que intenta administrar tal cantidad de oxígeno. Quédate de pie en el vagón, hay otros ciudadanos que quizás necesiten un asiento. Los cuellos doblados y en posiciones antes desconocidas, mirando y tocando sin parar las pantallas de sus dispositivos móviles. ¿Alguien recuerda qué hacían antes? ¿Cómo pasaban el tiempo? El Manual recomienda no usar los dispositivos, pero siguen utilizándolos, cada vez más. Cada año que pasa son más grandes, más modernos, más caros. Y así están ellos, sin dejar de tocarlos, como si de una máquina viciosa se tratase, como si fueran a darles una felicidad que no tienen o un éxito que no merecen. Míralos, ni siquiera visten como recomienda El Manual, creen que no pertenecen a ningún rebaño, pero son todos iguales. La verdadera perfección tiene que ser imperfecta, recuérdalo. Dos estaciones nada más y podrás salir de nuevo a la calle, respira, controla la ansiedad. Recuerda todo el trabajo que tienes que hacer, recuerda por qué estás aquí. Recuerda no andar como ellos, no vestir como ellos. No leas lo que ellos leen o terminarás pensando igual. Sal del metro, haz tu trabajo. Dieciocho minutos y treinta y dos segundos. ¿Ves? Todo es mejorable. Metro de Lista, camino por las calles aledañas, evito Ortega y Gasset, demasiado tráfico, demasiados ojos y demasiadas cámaras de vigilancia. Intento recordar cuándo empezó todo, mi mente comienza a ordenar los hechos. Los primeros dis- turbios comenzaron hace cinco años en la ciudad de Valencia. Barcelona y Madrid pronto se unieron a la protesta general, el pueblo se sentía humillado, incapaz de revertir la situación