Madrid en un frasco de Eter Madrid en un frasco de éter_TEASER | Page 12
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Mauro García
minutos y veinte segundos. Tienes que mejorar en muchos aspectos,
no hay tiempo que perder.
Aplícate el producto de cintura para arriba. Han pasado otros
diez días de nuevo. Es hora de eliminar todo el vello corporal en
torso, brazos y manos. Mientras el producto hace efecto sobre la
piel obsérvate en el espejo, el volumen muscular es el adecuado, el
bajo porcentaje de grasa corporal también. Necesitas ser más fuerte
aún, más ágil, más rápido. Has ganado casi cinco kilos de músculo
en poco tiempo, pero todavía no es suficiente.
El agua helada cae por el surco de la espina dorsal como si co-
nociera perfectamente el camino; no hay gravedad, es su ruta hacia
el vacío. Te secas mientras compruebas que ya no hay vello en el
cuerpo. Para el cronómetro. Veintitrés minutos y cincuenta y dos
segundos. Mejorable.
La glorieta está atascada, como siempre; me estremezco y
miro hacia el cielo, no ha parado de llover desde hace semanas.
La temperatura es muy baja y me pregunto por qué no está
nevando, sería bonito ver cómo se colapsa la ciudad. Llego
puntual a la peluquería en la calle de Manuela Malasaña, me
conocen de sobra. Saben que si pido cita, tiene que ser exac-
tamente a esa hora; no puedo esperar, no puedo organizar sus
vidas además de la mía.
—Buenas tardes, ¿lo de siempre? –pregunta el más veterano.
Ya sabe la respuesta.
—Sí, por favor.
—A usted, con tanta cantidad de pelo, ¿no le interesaría llevar-
lo algo más largo? –Mira extrañado nuestro reflejo en el espejo.
—No, gracias, haga lo de siempre.
Me corta el pelo con una máquina eléctrica, nivel dos de
apurado, como cada quince días. Hoy ha sido más rápido,
siete minutos exactos, es lo único que me agrada de estar aquí.