[ SALUD ]
habitual en muchos hospitales
de nuestro entorno. Sin embargo,
salvo los testimonios de las ma-
dres y profesionales de la salud
pública, no existen apenas estu-
dios estadísticos que muestren la
frecuencia y las consecuencias de
su uso. “Yo la he visto en muchí-
simos partos vaginales pero des-
pués queda registrado como un
parto normal por lo que es casi
imposible cuantificarlas”, cuenta
Laura Sola, quien afirma que si
bien en países como Reino Uni-
do practicar esta maniobra puede
suponer un expediente al profe-
sional que la realice, en España se
hace “como el agua” sin que que-
de constancia de ello para evitar
posibles pleitos legales.
Según la asociación El parto es
nuestro, durante el Foro Interna-
cional del Parto (Roma, 2005)
se estableció que “era imposible
cuantificar el daño causado a las
parturientas y a los recién naci-
dos por dicha maniobra, ya que
muchas veces no se registran por
razones legales”. Un artículo pu-
blicado en 2011 por Cristóbal Ren-
gel Díaz, enfermero especialista
en Enfermería Obstétrico-Gineco-
lógica, examinaba la bibliografía
disponible hasta la fecha para va-
lorar la seguridad de la maniobra
de Kristeller en partos vaginales
y entre sus conclusiones encon-
traba que “no existen informes o
registros en la historia clínica del
uso de la maniobra de Kristeller,
lo que dificulta la recogida de da-
tos para realizar estudios obser-
vacionales. Tampoco se informa
de los resultados adversos para
no entrar en conflictos con su-
puestas cuestiones medicolega-
les, y apenas existen ensayos clí-
nicos aleatorizados que indiquen
con un elevado nivel de evidencia
el camino a seguir”.
Para Laura Sola uno de los gran-
des problemas de los partos es la
elevada medicalización y lo que
llama “efecto dominó”: “De la pri-
mera intervención que le haces
a una mujer de parto, vienen las
siguientes. Entonces lo que hay
que evitar es la primera”. Entre
otras acciones, la matrona des-
taca que al poner la epidural, las
mujeres no sienten los pujos y eso
hace que el expulsivo se alargue
mucho y se haga más complejo,
lo que provoca que haya “que ha-
cer el parto”. O lo que es igual: in-
tervenir. “Las mujeres están tum-
badas, no hay gravedad, no hay
movimiento, y esto hace que sea
más complicado para una mujer
parir. La realidad es que aunque la
mayoría de las mujeres se ponen
la epidural, muchísimas no lo de-
sean, y acaban poniéndosela por-
que no hay un acompañamiento a
esas mujeres y en muchos casos
incluso se les presiona para que
se la pongan”, explica.
Ante si es “mejor” una manio-
bra de Kristeller o una cesárea
opina la matrona que no se trata
de pensar que la maniobra sea o
no una opción sino que el cami-
no debe ser la forma en la que se
atienden y acompañan los partos
para evitar intervenciones innece-
sarias que desemboquen en una
intervención mayor. ■
RIESGOS PARA LA MADRE
Y PARA EL BEBÉ
En 2013, El parto es nuestro lanzaba
STOP Kristeller, una campaña infor-
mativa que tenía como objetivo sen-
sibilizar tanto a la población como a
los sanitarios acerca de los peligros de
esta práctica. “Somos muchas las mu-
jeres que hemos sufrido la maniobra
de Kristeller en nuestros partos sin co-
nocer sus consecuencias, sin que nos
hayan explicado en qué consiste y sin
pedirnos autorización para su realiza-
ción”, decían en la nota de prensa de
la campaña lanzada ese mismo año.
La Organización mundial de la sa-
lud (OMS) considera que no existen
evidencias de que acelere el expul-
sivo ni se eviten con ella otras inter-
venciones. La Sociedad Española de
Ginecología y Obstetricia (SEGO)
también considera que la maniobra
está “contraindicada para facilitar el
descenso del feto” por los riesgos
que supone. Entre las consecuencias
para el bebé, desde la asociación
de El parto es nuestro señalan la
probabilidad de las complicaciones
propias de la distocia de hombros,
fractura de húmero o de costillas,
lesiones de órganos internos o he-
matomas, entre otros. Para la madre
también hay un elevado número de
riesgos como hemorragia y contu-
siones, rotura uterina, desgarros de
tercer y cuarto grado, perineales y
vaginales o fractura costal.
ABRIL 2019 •
mama
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