[ CULTURETA ]
“La tarea desde una perspectiva feminista
es poner en valor unas prácticas tan
imprescindibles para la reproducción humana
como gestar, parir, lactar o cuidar”
autonomía solo pueden ser ejercidas completamente
en el mercado de trabajo. Lo que hoy en día vemos
es que evidentemente no podemos renunciar a la
demanda de igualdad en el trabajo, pero también es
importante señalar que hablamos de un mercado de
trabajo cada día más precarizado, en el que es muy
difícil realizarse personalmente en el ámbito laboral.
Nos tenemos que preguntar por qué no podemos
sentirnos realizadas también en otros ámbitos: desde
con la maternidad o la crianza hasta llevando a cabo
determinadas aficiones. Desde el punto de vista neo-
liberal a menudo se estigmatiza la maternidad. Esto
tiene mucho que ver con la lógica que comentamos
de asociar la maternidad a una práctica que impli-
ca quedarse encerrada en casa, renunciar a lo públi-
co… pero esto no tiene por qué ser necesariamente
así. Cuando hablamos de una maternidad feminis-
ta y emancipadora hablamos de poder ejercer esta
práctica libre de imposiciones, pero a la vez también
puedes hacer muchas otras cosas. Es decir, que ejer-
cer la maternidad no implica necesariamente un acto
individual y encerrado en casa, sino que se trata de
politizar la práctica materna desde la lógica feminista
que dice que lo personal es político. te que desde este feminismo emergente, desde este
feminismo del 99%, también se reivindique una ma-
ternidad para el 99% y un sistema de cuidados para
el 99%, porque si no desde la óptica feminista liberal
solo se defiende una igualdad de derechos y oportu-
nidades para unas pocas mujeres y, por lo tanto, se
puede acabar reivindicando una maternidad vivible
solo para unas pocas mujeres.
AC: Mi sensación es que cierta corriente neoliberal
del feminismo considera también los cuidados, como
escribes, “como una ocupación de segunda, una car-
ga, y la crianza, como parte inherente de las mismas,
de tercera”. ¿Ha sido cierta parte del movimiento fe-
minista coptado/secuestrado por el capitalismo?
EV: Sí. Esto lo ha dicho claramente Nancy Fraser en
muchos de sus artículos. Hay un feminismo liberal
que vincula la libertad al mercado de trabajo y obvia
y relega todo lo que tiene que ver con los cuidados.
Con una gran contradicción, ya que se preocupan
mucho por la igualdad de la mujer y por la incorpo-
ración al mercado de trabajo, pero sin embargo se
olvidan de una demanda tan básica como sería la
reducción del horario laboral, que permitiría una ma-
yor conciliación. Este elemento señala la connivencia
de este feminismo con el mercado y con los poderes
económicos fácticos. Por eso creo que es importan- AC: Desde el punto de vista de este feminismo del
99%, ¿por dónde debería pasar la solución a la crisis
de cuidados?
EV: Creo que es muy importante la aportación de
Nancy Fraser cuando habla de organizar el trabajo de
cuidados a partir del modelo del cuidador universal,
es decir, a través de personas que combinan trabajo
remunerado con trabajo de cuidados y de esta for-
ma rompen con esa separación universal entre el rol
de cuidador y el rol de proveedor. Poner en el cen-
tro el trabajo de cuidados desde una perspectiva fe-
minista implica repartir ese trabajo de cuidados de
forma igualitaria entre hombres y mujeres, socializar
ese trabajo de cuidados más allá del núcleo familiar
(políticas públicas, iniciativas comunitarias…), reducir
drásticamente la jornada laboral y repensar el espa-
cio público, la ciudad, para que sea un entorno más
compatible con la crianza y la infancia. ■
AC: En ese sentido, lo que ocurre muchas veces es
que ese movimiento feminista que desprecia los cui-
dados no duda en trasladar esas responsabilidades a
otras mujeres, normalmente extranjeras y de clases
más bajas. Como escribes citando a Nancy Fraser,
de este modo un cierto feminismo “acaba justifican-
do nuevas formas de desigualdad y explotación”.
EV: Existe esta espiral del trabajo de cuidados, que en
vez de repartirse entre hombres y mujeres o sociali-
zarse se acaba trasladando a otras mujeres de clase
social más baja, donde interacciona más allá de una
presión de género una presión de clase y de etnia.
Un feminismo del 99%, que pretenda acabar con las
opresiones de género, de clase y de etnia, debe nece-
sariamente ir más allá.
ABRIL 2019 •
mama
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