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las cosas, hay que alejarse de ellas. Hay que subir muy
alto y mirarlas desde lejos” (pag. 26)
CÓMO NACE EL TEXTO
Queremos saber más. Conocer cómo nace Malka y su
historia y para eso, preguntamos a su autora, Mónica Ro-
dríguez. “La idea de Malka surge a partir de una conver-
sación de mi hija Marta, cuando tenía ocho o nueve años,
con sus amigas en el colegio, durante el recreo. Eran cua-
tro niñas: Maya, de padres ecuatorianos católicos, Amina,
de padres marroquíes musulmanes, Candela, de padres
españoles ateos y ella. Su conversación giraba en torno
a Dios. Maya y Candela hablaban de su existencia desde
el punto de vista católico y musulmán. Entonces Cande-
la las interrumpió y les dijo que creer en Dios era como
creer en Pinocho o en Peter Pan. Marta no dijo nada, pero
al llegar a casa me contó la conversación para que yo le
aclarara si existía o no Dios. Me pareció que era un tema,
por tanto, que interesaba a los niños, y más ahora en
este mundo global e intercultural, por eso le di vueltas a
escribir una historia que hablara sobre Dios.”
Sí, este libro es para niños y niñas que se hacen pre-
guntas. Y para aquellos que no se las hacen, pero tienen
ganas de saber. Porque leer la historia de Malka puede
despertar muchas preguntas. “Yo aprendí muchas cosas
haciendo el viaje con Malka. De hecho no sabía cómo
iba a acabar la historia, si Malka iba a encontrar a Dios o
no y qué descubría de su abuela muerta, dónde estaba,
dónde están las personas que se mueren. Cómo resol-
ver ese enigma y el propio libro me ha dado claves que
son importantes en mi vida.”
UN VIAJE ATREVIDO
Como os he comentado al principio, tenía muchas
ganas de leer la historia de Malka. Los textos de
Mónica siempre nos apasionan, nos enganchan. Su
forma de narrar es muy personal, muy profunda. Y el
tema del libro es muy sensible. Quizás, por eso, las
editoriales españolas no se han atrevido a publicarlo.
Cuando comienzas a leer El viaje de Malka, te
encuentras con una Mónica que ha abierto su co-
razón para acompañar a su protagonista a lugares
desconocidos, pero a los que hay que atreverse a
entrar. A los que ella se atreve a ir. El texto te atra-
pa y las magníficas acuarelas de Alicia Varela te
sumergen en una aventura personal preciosa, que
es difícil, a veces, saber si queremos entrar o no en
ella. Texto e ilustraciones crean una simbiosis per-
fecta hacia el viaje interior de Malka, tan perso-
nal, tan bello, tan doloroso, pero a la vez etéreo.
También hemos querido hablar con Alicia, saber
qué le atrajo del proyecto. “La calidad literaria del
texto y la temática que trata. Me encantó cómo
Mónica Rodríguez habla de un tema delicado pero
a la vez tan fundamental, con mucha naturalidad,
honestidad y de una manera muy abierta, como si
fuera dejando puertas abiertas para que los niños
reflexionen y saquen sus propias conclusiones.”
Y, al igual que Mónica, le preguntamos a Alicia qué ha
supuesto este viaje con Malka. “Con Malka he viajado y
pienso que al igual que ella, me he transformado y he
madurado como ilustradora. Para mí ha sido un placer
y un honor que Ediciones el Naranjo me escogiera para
ilustrar este texto tan bonito de Mónica Rodríguez. Es
un lujo haber formado parte de este equipo.”
La editorial El Naranjo, de América Latina, ha he-
cho un trabajo redondo, perfecto. Ha cuidado cada
detalle: el tamaño del libro, los colores de la cubier-
ta, la encuadernación en cartoné, el papel couché,
y cuando te compras el libro huele tan bien… una
maravilla. Pero, por qué ninguna editorial españo-
la quiso publicarlo. “No quisieron publicar el libro
porque les parecía un tema que no interesaba ni era
apropiado para niños. También por el problema que
podría crearles con los colegios religiosos con los
que trabajan. Otras editoriales ni siquiera me contes-
taron. Esto es habitual. Así que decidí probar suerte
en América Latina. Busqué en Internet y encontré
una editorial independiente, que hace libros de gran
calidad y que tiene títulos valientes, y lo envié. A los
tres meses me contestaron que les había encantado
y que el tema les parecía fascinante y de gran interés
para niños y mayores. Aún tardamos dos años en que
se pudiera publicar. Finalmente, seis años después de
escribirlo, ha visto la luz en una edición cuidadísima
de El Naranjo con unas ilustraciones de gran belleza,
llenas de azules y poesía, de la ilustradora asturiana
Alicia Varela. Esto ha sido casualidad, que nos encon-
tremos dos asturianas en un libro mejicano. Creo que
ha merecido la pena esperar estos seis años.”
Y con Malka nos quedamos. Abrazándola. Pensando
en el viaje que nos hemos atrevido a hacer junto a ella.
ENERO 2019 •
mama
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