[ EDUCACIÓN ]
P: Además de las materias en cuestión, ¿qué otras
capacidades pueden aprender niños y adolescen-
tes con este recurso?
R: El teatro es lo que es, teatro. Es decir, una expre-
sión pública y colectiva. En el teatro cabe la posi-
bilidad de representación pública, ya sea ante tus
compañeros de aula o ante tus familiares y amigos.
Y eso supone un trabajo en equipo, una buena excu-
sa para conocerse y relacionarse con los demás sin
apenas esfuerzo, aprender a ceder y ser generoso en
el trabajo compartido, y asumir roles y compromisos
por un bien común.
También es una forma de exhibición, y
por lo tanto de desinhibición. Aparte
de esa emoción tan especial que
contagia un escenario, algo que
por supuesto sucede a nivel
profesional, pero que yo he
percibido también en cole-
gios o grupos que me han
invitado a ver su trabajo
con mis libros.
cursos de reciclaje profesional, requiere de un esfuerzo
extra. Pese a esto son muchos los educadores que de-
mandan este material para sus clases diarias.
P: ¿Es necesario que los docentes cuenten con una
formación previa?
R: No necesariamente. Claro que tener unos ciertos
rudimentos sobre el juego dramático ayudará a sacar
mayor provecho a esta divertida herramienta, pero el
movimiento se demuestra andando y estos libros pa-
recen funcionar solos. En cuanto un alumno o alumna
empieza a leerlo ya está jugando, participando del he-
cho teatral, y aprendiendo.
Los libros no sólo tienen una historia
principal inspirada en una mate-
ria concreta, sino que esa tra-
ma central está acompañada
de juegos y ejercicios. Por
un lado se trata de juegos
para el propio lector, una
manera de hacerle partí-
cipe de la acción y de la
materia en cuestión, pero
son también ideas para el
docente, ejemplos prác-
ticos de cómo usar el
teatro dentro del aula.
“Enfrentarse
a nuevos recursos,
dedicar tiempo a
P: Muy conocida es la
buscarlos o participar
frase del Francisco Mora
Teruel, doctor en Neuro-
en cursos de reciclaje
ciencia y autor de diver-
sos libros sobre neuroedu-
profesional, requiere P: ¿Por dónde pueden em-
cación, que “Sin emoción
no hay aprendizaje”. Supon-
pezar los docentes o las fa-
de un esfuerzo
go que el teatro es en este
milias que consideren que el
sentido una herramienta inte-
teatro puede ser un buen recur-
extra”
gradora: emoción en la acción y
so pedagógico?
en el espectador. ¿Qué opinas?
R: Por supuesto, el teatro es emoción.
Contradictoriamente, a pesar del artificio de
fingir ser otros, de representar vidas que pueden no
ser las nuestras. Pero para interpretar a cualquier per-
sonaje tienes que estudiarlo primero, que pase a for-
mar parte de ti, analizar cómo son los demás, carácter,
movimiento, maneras de hablar, razón de sentir, enten-
der sus razones sin juzgarlas... Fíjate todo lo que pue-
de implicar el teatro con solo ponerse a jugar con él.
P: ¿Es compatible con el sistema educativo actual?
R: ¡Claro que sí! Y muy a pesar de lo anticuado o estric-
to que pueda parecer el sistema educativo en algunos
países. Finalmente depende de las personas, de los pro-
fesores y profesoras comprometidos con su profesión
y vocación. Es cierto que la mayoría tienen la obliga-
ción de cubrir un temario amplio en un tiempo limitado,
y eso a veces supone un conflicto o impedimento a la
hora de probar otras herramientas, otras posibilidades
de enseñar o transmitir su materia. Enfrentarse a nue-
vos recursos, dedicar tiempo a buscarlos o participar en
R: Primero encontrando informa-
ción y un material adecuado. Plan-
tear desde el principio una puesta en es-
cena me parece algo precipitado, a veces toda la
parafernalia técnica y el apuro de fechas de estreno
conlleva una perdida del sentido de juego, en detri-
mento del texto y del propio tema que trate el libro.
Yo optaría primero por realizar lecturas en voz alta,
ya sea en familia o dentro del aula: unos leen y otros
escuchan, y después se debate o conversa sobre lo
leído, cada uno aportando su visión o dudas sobre
el texto. Me gusta muchísimo la idea, y la imagen, de
una familia o una clase reunida alrededor de un libro.
Un texto teatral, además, permite que la lectura y el
diálogo se reparta entre más participantes.
El teatro da para mucho más que una “simple” re-
presentación escolar, el juego dramático columbra
un horizonte pedagógico por descubrir y habitar.
Esta es mi teoría o fantasía, apuntalada por unos li-
bros que son ejemplos prácticos y tangibles. ■
NOVIEMBRE 2018 •
mama
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