Madresfera Magazine 18- Noviembre 2018 | Page 57

[ UN PROYECTO BAJO EL BRAZO ] Todo lo contrario, en su caso, con- sideran que comparten con otras muchas editoriales “el fomento de valores sociales universales, la con- cienciación, el aspecto lúdico de la literatura y el buen gusto”. No pretenden diferenciarse, ase- guran. Su único objetivo es hacer los libros que les gustan. Y aunque reconocen que es posible que ten- gan una línea, lo cierto, aseguran, es que ésta se ha ido creando de una forma totalmente inconsciente, ya que se consideran “bastante ecléc- ticos”: “Nuestro catálogo incluye libros divertidos y alocados, pero también libros comprometidos, que sin aleccionar, sin guiar, abren una ventana a la reflexión, que estimulan el sentido crítico de los niños ante diversos problemas que afectan a nuestra sociedad hoy día”. El iglú, publicado en mayo de 2017, es un gran ejemplo de esto último. “Es cierto que ser tu propio jefe te ofrece ciertas ventajas en cuanto a la conciliación, pero el trabajo tiene que salir” perfecta entre ellos, el álbum es redondo. Hable de lo que hable y trate de lo que trate. Es lo divertido y enjundioso de este género” PAREJA, PADRES Y EMPRENDEDORES En un mundo en el que la gran competencia invita a las empresas, en este caso a las editoriales, a buscar la diferenciación, los creadores de Bookolia no creen, sin embargo, “que ahora mismo haya nadie tan puramente original como para arrogarse la exclusividad de nada”. Bookolia son Carmen y Luis. Pareja, padres y tam- bién socios fundadores de una editorial. Una mezcla no siempre sencilla de gestionar. Ellos, no obstante, y aunque reconocen que no es fácil, afirman formar “un buen tándem” tanto en lo laboral como en lo personal. “Nos hemos instalado en un ritmo que nos devora, que forma parte ya de nuestra involución como seres humanos. Y da igual si trabajas por cuenta propia o ajena. Es cierto que ser tu propio jefe te ofrece ciertas ventajas en cuanto a la conciliación, pero el trabajo tiene que salir. Y con un equipo tan pequeño es com- plicado llevar al día el trabajo”, reflexionan. Sus dos hijos, de 9 y 6 años respectivamente, son los primeros críticos de sus libros. ¿Son buenos lec- tores o en casa de herrero cuchillo de palo? “De mo- mento lo son. Hemos establecido el hábito y creado este ritual nocturno que disfrutamos en familia” afirman antes de concluir que no saben cómo ni qué leerán sus hijos en el futuro, pero que están seguros de que “seguirán disfrutando de experiencias mara- villosas a través de la lectura”. ■