Madresfera Magazine 18- Noviembre 2018 | Page 18

[ POST DESTACADO ] DO: ¿Qué sería para ti un juego “de calidad”? EF: Supongo que cada uno, aquí, tendrá su idea. Pero para mí es de calidad cuando el juego es pri- mero que nada, libre. Lo segundo, cuando no tiene nada que ver con alguna actividad del colegio (aun- que en éste también deberían jugar, fuera y dentro del aula). También debiera realizarse en una gran área al aire libre donde poder correr, saltar obstá- culos, esconderse,... Debiera tener un horario fijo y estable y estar libre de condicionamientos como el horario de la extraescolar de los martes. No debiera estar sujeto al condicionamiento del adulto y vuelvo a lo de libre, de manera que despierte la creatividad tanto como la organización real o simbólica (nor- mas, estrategias, reglas, rutinas,...) desde el punto de vista de los niños. Pero sobre todo, tiene que ser social. El mejor regalo que podemos hacerles a nuestros hijos es que jueguen con iguales. DO: ¿Por qué es importante para los niños el juego? EF: Con el juego el niño aprenderá a relacionarse, a que no es el único en este mundo, que debe seguir normas, reglas, estrategias para llegar a acuerdos, a soluciones. La vida misma. Como menciono en el artículo Generación alúdica, recientes estudios infieren la relación de las neuronas de la corte- za prefrontal responsables de toda esta serie de habilidades sociales, con la experiencia lúdica al aire libre y sin condicionamientos por parte de los adultos. Dime cómo juegas y te diré que adulto serás, ahí lo dejo. AC: Ya no por lo que cada familia haga en casa, sino por el entorno en el que los niños y adoles- centes se desenvuelven, te pregunto: ¿cómo les sacamos de esta rueda de videjuegos, Youtube y juego individual? EF: Mira, yo soy gallega, aquí llueve día sí y día también y además tengo una buena carga laboral que realizo en casa. Para mí lo más fácil es ponerle la tele y me gustaría decir lo contrario, pero tengo que recurrir a esto con mayor frecuencia de la que me gustaría. ¿Dónde crees que está mi hijo ahora 18 • mama • NOVIEMBRE 2018 mismo? Viendo vídeos en Youtube. El problema es que los niños están en un proceso de apren- dizaje social y quedarse en casa a jugar a lo que sea ellos solos, no entraña riesgos. Cuando salen a la calle, hay más niños y se dan toda una serie de situaciones sociales que los pondrán a prueba. Deberán manejarse para encajar, para lidiar con los conflictos, con los enfados, las decepciones y en definitiva, la vida. Por esto son tan adictivos tablets, móviles, Youtube,...; porque el niño siente seguridad, no tiene que enfrentarse a los juicios de los demás. Ahora, tampoco demonicemos a las nuevas tec- nologías. No nos sintamos culpables por la hora que vieron la tele. Somos padres y madres, no somos perfectos y no tenemos una llave para que todo sea ideal. Confundirse también es parte del camino. DO: ¿Qué podemos hacer los adultos para no intervenir en el juego de los niños y que no se con- vierta en una actividad “impuesta”? EF: Las madres y padres tenemos un problema y es que la sociedad pone en nosotros una tarea difi- cilísima y esta es la educación en los valores de la próxima generación. Con este peso, y teniendo en cuenta que quere- mos lo mejor para nuestros hijos y nuestras hijas, que queremos que sean felices, llegan los senti- mientos de culpabilidad, esa “sobreprotección”, que no es tal. Los adultos intervenimos porque nos sentimos mal si no lo hacemos. No es un proble- ma de sobreprotección hacia ellos, es que en el fondo, no lo queremos hacer mal. Entonces se dan situaciones de mediación entre conflictos, restando autoridad y competencia para gestionar los proble- mas de nuestra infancia. Como madre, lo he hecho. He sido incapaz de dejar que mi hijo lidiara con el niño que le da una torta, cuando sé que esto es parte de su proceso de aprendizaje. He sido inca- paz de dejarle subir al árbol, cuando sé que esto es parte de su desarrollo motor. Para dejar que los niños sean, los adultos tenemos que dejar de sen- tirnos culpables por ver cómo se equivocan, cómo se caen y cómo fracasan. ■