Madresfera Magazine 17 - Septiembre 2018 | Page 26
No, porque precisamente el caso
de las mujeres que tienen a sus
hijos consigo es, por decirlo de
alguna manera, el único foco de
principal atención en las prisio-
nes hacia las mujeres. Llevamos
ya muchos años trabajando en
que los hijos de las madres pre-
sas, por el hecho de que no tie-
nen responsabilidad penal nin-
guna, obviamente, no puedan
estar limitados en espacios ni en
estímulos. No podíamos poner
en precario el desarrollo de es-
tos menores. Desde los noventa
se crearon unidades de madres,
que son módulos interiores to-
talmente adaptados para ellas,
con color, con mobiliario y equi-
pamiento adaptado, quitando
elementos carcelarios, en los
que a los niños se les saca dia-
riamente a guarderías externas
de la Comunidad. Esto fue una
revolución, pero los niños se-
guían dentro de las cárceles, con
lo cual para 2006-2007 se plan-
teó una vuelta de tuerca muy importante: sacar a
los niños de las cárceles. Para eso se crearon las
unidades externas, que son un ejemplo en Europa
porque son los primeros edificios creados pen-
sando en las necesidades de las mujeres y de sus
hijos. Ya no hablamos de unas habitaciones o cel-
das, sino que son pequeños apartamentos, con fa-
cilidades para que los niños interactúen en ellos,
se les busca colegio, actividades externas para las
madres… Es un modelo absolutamente ejemplar.
“El de las
unidades externas
de madres es
un modelo de
referencia en el
que se ha invertido
mucho, no sólo a
nivel económico
sino de recursos
humanos”
¿En qué estado, por cierto, se encuentran esas
unidades externas? Eran un proyecto estrella del
Gobierno de Zapatero pero se congelaron con la
llegada al gobierno del Partido Popular.
Se han congelado no, se han venido absolutamen-
te abajo. Sistemáticamente se ha desmontado por
razones ideológicas. Ahora mismo hemos entrado
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•
mama
• SEPTIEMBRE 2018
en una etapa nueva en la que
tengo mucha fe. Hubo tres uni-
dades externas que funcionaron
muy bien, pero el nuevo Gobier-
no (del PP) empezó a poner tra-
bas y dificultades y en una uni-
dad
en
la
que
vivían
perfectamente 22 mujeres, lle-
vando una vida ejemplar y for-
mándose, rompiendo con la
marginalidad, se dejó de llevar a
gente y hoy son unidades en las
que quedan seis o siete madres
únicamente porque no hay re-
cursos para albergar a más. Aho-
ra estamos en un ínterin para
que se pueda volver a replantear
este modelo que trabajamos
mucho, que ha despertado mu-
cho interés en Europa y que se
dejó morir.
¿Cómo son esos pisos?
Son apartamentos reducidos
donde caben la cama y la cuna, y
que cuentan con un pequeño
office para que la mujer pueda
tener intimidad y estar con su hijo, jugar con él,
comer con él... Un modelo de referencia en el que
se ha invertido mucho, no sólo a nivel económico
sino de recursos humanos, y que esperamos que
ahora, tras años de abandono y de dejarle morir,
se retome porque funciona de una manera ex-
traordinaria. Tenemos fe en que las autoridades se
den cuenta de lo que supone este sistema para el
desarrollo de los niños, para que estén bien, y sus
beneficios para sacar a las madres del ciclo de la
marginalidad.
Comentas la inversión en recursos humanos.
¿Está preparado el personal para este tipo de es-
pacios?
Cuando se crearon las unidades externas de ma-
dres se le dio al personal una formación muy in-
tensa para que olvidaran todos los hábitos carce-