“La única manera de
conciliar ha sido ahorrando.
Sin dinero no se puede”
importantes que son
las rutinas dices, mira,
por la noche mejor en
casa. Ducha, toma y a
dormirlo. Y salir pasa
a un plano que ni vi-
sualizas. Eso sí, sí que
me lo he llevado de
reuniones, a pruebas
de sonido y cafés, pero las noches ya son otro tema.
Las noches ahora son para estar en casa.
P: ¿Tenemos la maternidad demasiado idealizada
o hemos dado pasos de gigante en ese sentido
visibilizando sus luces y sus sombras?
R: Creo que se va haciendo poco a poco. Cada
vez hay más madres que cuentan abiertamente lo
sacrificado que es, más allá de decir “es durillo, sí”.
Hay novelas gráficas, artículos, libros… Pero a la
par el movimiento “ser madre es lo mejor que me
ha pasado” es más fuerte que nunca. Mira lo que le
pasó a Samanta Villar por decir que no le explicaron
lo suficiente lo duro que es. La gente ha llegado a
decir que eso es ser mala madre. Yo creo que eso
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mama
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es ser honesta con ella
misma y con las de-
más. Y dice algo muy
importante: “Ojalá me
lo hubiesen explicado
mejor”. ¿Qué de malo
hay en decir que algo
es duro? No creo que
se quiera menos a los
hijos por eso, al contrario. A pesar de lo duro que
es, ahí estamos. Y no pasa nada. Pero desahogarse,
explicarlo, compartir las inquietudes con un grupo
que ha vivido algo parecido es sano y necesario.
A mí lo que más me ha ayudado en el postparto
ha sido tener un grupo de mamás de mi edad con
el que compartir miedos y tristezas. De lo bueno no
hace falta hablar. Lo bueno es inexplicable, pero no
todas sienten eso de “y le vi la carita y se me olvidó
todo”. Porque no. Lo vivido es duro, el embarazo es
duro, el parto ni te cuento y el posparto, para mí, lo
peor de todo. Y si encima me lo tengo que tragar
porque socialmente no está bien visto…
P: Para ti la maternidad, ¿ha supuesto una revolu-