“Yo era de las que decía la maternidad no me iba
a cambiar e iba a seguir haciendo mis cosas y por
supuesto he visto que no es así”
tengo una empresa, que esto ya no es ningún juego,
puedo vivir de la música, puedo hacerlo bien, pero
siempre con mente de empresaria, separando ingre-
sos, vigilando continuamente los gastos.
Los retos de una generación
P: No sólo música. En 2017 publicabas tu primera
novela, Trabajo, piso, pareja. ¿Qué ha pasado con
las promesas de nuestra generación, aquello de
“estudia para ser algo”? ¿Lo somos?
R: Somos la consecuencia del “Vive tú lo que yo no
pude” y tenemos siempre la mirada puesta en lo
que podríamos hacer y nos estamos perdiendo lo
que estamos viviendo en
ese momento. Creemos
que podemos ser cual-
quier cosa que queramos
puesto que eso es lo que
nos han enseñado y claro,
siempre que estamos en
una situación pensamos
si eso es lo que queremos
o si podríamos aspirar a
algo más.
P: ¿Acaban las presiones
sociales cuando tachas
esos tres retos para el
treintañero actual o aña-
dimos un cuarto? ¿Los
hijos?
R: Exacto. Cuando tienes
pareja estable y entras en
la treintena parece que es
una obligación por la que
hay que pasar, pero mu-
chos treintañeros siguen
viviendo en casa de sus
Portada del disco Santa
padres, muchos no tienen
trabajo, muchos no saben qué hacer aún con sus
vidas.
P: ¿Cuántas veces le han preguntado a Zahara
aquello de “y los hijos para cuándo”? ¿Es una pre-
gunta que le han hecho por igual a tu pareja?
R: Desde que tengo veintipocos. La cosa es que
cuando no quería tener hijos me decían que sí que
querría. Y yo siempre lo he explicado, no he querido
tener hijos y no me ha interesado la crianza hasta
que me he visto en un momento profesional, sen-
timental y económico apto para querer tener una
familia. Eso me gusta, la familia.
A mi pareja no sólo se lo han preguntado muchí-
simo menos sino que cuando ya estaba embara-
zada casi siempre me felicitaban en exclusiva a mí
y cuando preguntan que qué necesitamos para el
pequeño lo hacen a mí, no a él.
Vivir la maternidad hoy
P: Te escuché en un stories de Instagram decir que
tras tu propia maternidad has tenido que “tragar-
te” muchas de las palabras y pensamientos que
tenías sobre ser madre,
entre otras cosas porque,
dices, nunca te había
interesado la maternidad.
¿Tan diferente era lo que
pensabas antes de lo que
has vivido después?
R: A mí no me interesaba
la maternidad precisamen-
te porque sabía lo dura
que es. No ha sido una
sorpresa en ese sentido.
Es un golpe duro pasar de
tener una vida a tener que
estar pendiente de otra.
Pasar a un segundo plano.
Y se hace, por amor al pe-
queño, por amor a tu pare-
ja. Es bonito, pero es duro.
Durísimo y poco o nada se
habla de lo duro que es. Y
parece que decirlo es que-
rer menos a tu hijo, pero
no es así. Yo lo adoro, más
de lo que jamás pensé que
podría querer a alguien. Es
alucinante cómo ha despertado unos sentimientos
que no tenía, eso es cierto, pero también que el pri-
mer mes es un cambio brutal. Entre el postparto, los
dolores, los loquios, la subida de la leche, el engan-
che, el no dormir, el no tener temas de conversación
con tu pareja, el no saber quién eres… No es fácil.
Lo que sí que me ha sorprendido es que yo era
de las que decía que la maternidad no me iba a
cambiar e iba a seguir haciendo mis cosas y por
supuesto he visto que no es así. Cuando aprendes lo
MAYO 2018 •
mama
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