[ SALUD ]
sas investigaciones, “la escuela es
un marco ideal para promover há-
bitos saludables alimentarios”. En
ese sentido, Nur Al Ali señala tres
argumentos de peso: por un lado
que los niños pasan una media de
ocho horas diarias en los colegios e
interactúan varias veces a lo largo
del día con los alimentos, interac-
ciones que son en sí mismas “opor-
tunidades para poder mejorar los
hábitos alimentarios”.
En segundo lugar, porque se-
gún la fundadora de Cómo Como
School, en el caso de los niños los
amigos y los profesores “tienen un
rol muy importante” como figuras
a imitar, un rol que puede ser uti-
lizado en beneficio de una alimen-
tación saludable. En última instan-
cia, por la parte lúdica que tiene
la escuela, que en palabras de Nur
“incide positivamente en cualquier
aprendizaje que haga el niño”.
Por eso los talleres y cursos que
ella lleva a cabo en los colegios
tienen siempre ese componente
lúdico, lo que provoca que los ni-
ños los vivan “con mucha alegría”:
“Para ellos poder interactuar con
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mama
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los cinco sentidos con los alimen-
tos es pura diversión. Muchas ve-
ces antes de empezar a cocinar, ya
nos comentan que ellos cocinarán
pero que no lo van a probar, pero
una vez que han pasado un rato
muy agradable cocinando con sus
amigos se animan a probar la rece-
ta y ¡les encanta!”.
El comedor como centro de la
educación nutricional
Además de talleres y cursos, desde
Cómo Como School se ofrece un
servicio de revisión del servicio de
comedor de los colegios porque
éste, según Nur, “es una experien-
cia que marca a nuestros niños y es
un momento ideal para enseñarles
a comer sano”. No en vano, para la
dietista-nutricionista las experien-
cias que vivimos y que viven ac-
tualmente nuestros niños durante
el servicio del comedor “afectan
directamente a su relación con los
alimentos y por lo tanto a su salud
alimentaria”.
Al respecto ofrecen una valora-
ción nutricional del menú escolar,
donde los mayores déficits que
observa la experta son la falta de
verduras de forma diaria y la gran
cantidad de proteína que toman
los niños (“pueden llegar a doblar
el consumo de proteína que nece-
sitan”); y también una valoración
in situ de la propia experiencia del
comedor porque “comer es un acto
de placer y cualquier condicio-
nante externo desagradable que
interactúe con la comida puede
interferir en nuestra conducta ali-
mentaria. ¿Dónde te gustaría sen-
tarte a comer? ¿En un lugar lleno
de gente, con mucho ruido y poca
luz? ¿o en un lugar luminoso, tran-
quilo y acompañado de unas bue-
nas risas?”, se pregunta a modo de
ejemplo.
En todas estas revisiones, así
como en la petición de introducir
la nutrición en el temario curricular,
Nur, como todos los nutricionistas,
se topan con múltiples resisten-
cias. “Muchísimas más de las que
os podéis imaginar”, afirma. Cues-
ta cambiar costumbres muy arrai-
gadas y “modificarlas, mejorarlas y
adaptarlas a las verdaderas necesi-
dades alimenticias de los niños” se
convierte según la experta en una
labor “muy complicada”.