tras vivir una pérdida, nos ayuda
a recomponernos internamente
después de haber sufrido el gran-
dísimo impacto que supone per-
der a un hijo. Es un proceso largo
y costoso que supone tiempo,
mucho tiempo, y trabajo interno,
mucho trabajo, personal, en pare-
ja y en familia. Durante este pro-
ceso tendremos que aprender a
vivir con su ausencia como una
realidad en nuestra vida a partir
de ahora, necesitaremos elaborar
las intensas y variadas emociones
que iremos viviendo, necesitare-
mos reorganizar nuestras vidas de
nuevo, nuestra relación de pareja,
nuestra dinámica familiar, y, poco
a poco, ir construyendo una nueva
vida mientras encontramos un si-
tio dentro de nosotros donde
nuestro hijo, nuestra hija, perma-
necerá siempre”, cuenta a Ma-
dresfera Magazine.
Aunque con el tiempo el dolor
se va en cierto modo diluyendo, o
haciendo más llevadero, para Car-
los Ferruz y su familia las fechas
señaladas son sinónimo de triste-
za. “Es algo que llevas toda la vida.
Obviamente no se olvida nunca”,
señala Carlos, quien tras la pérdi-
da de Sofía, admite que sólo tenía
ganas de morirse. “Pasas por to-
das las fases: la rabia, la negación,
el buscar un culpable, los porqués.
Con el tiempo, y sobre todo con
apoyo, se va superando”.
RECURSOS PARA ACOMPAÑAR
Si bien cada duelo es único y dife-
rente y así ha de tratarse, según la
psicóloga Magdalena Pérez, tam-
bién puede ser útil tener informa-
ción sobre los procesos de duelo
en general y de padres en parti-
cular con el objetivo de “com-
prender lo que está pasando, lo
que nos puede pasar y lo que ne-
cesitamos hacer para aprender a
vivir de nuevo sin nuestro hijo”.
También saber que existen aso-
ciaciones y grupos de apoyo en
los que encontrar acompaña-
miento y comprensión ante una
experiencia como ésta.
Carlos Ferruz era reacio en un
principio a acudir a ningún profe-
sional. También era reticente a la
idea de entrar en un grupo de apo-
yo. Sin embargo, sí sentía el deseo
de hacerlo su mujer, y fue gracias a
ella por la que empezó a ir a un
grupo de apoyo a padres que ha-
bían perdido a sus hijos coordina-
do por una trabajadora social y
una psicóloga. Hacerlo, reconoce,
les ha venido muy bien a ambos.
“Una de las cosas que más me sor-
prendió, además de poder hablar
del tema sin que la gente se vio-
lente, es hablar con gente que te
comprende, darte cuenta de que
lo que piensas y sientes lo piensa y
siente todo el mundo. Eso te des-
carga mucho psicológicamente. Ya
cuando estuve un poco mejor lo
que más me ayudó fue intentar
ayudar a los otros, darles consejos,
“Compartir
el dolor con
personas que han
vivido lo mismo
nos hace sentirnos
fácilmente
comprendidos y
apoyados”
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mama
• MARZO 2018