Madresfera Magazine 14 - Enero 2018 | Page 99

[ FILMOTECA PARENTAL ] Verano 1993 LA MIRADA DE FRIDA En septiembre la Academia de Cine Española nombró a Verano 1993, la ópera prima de Carla Simón, como can- didata española a entrar en la carrera por los Oscar. Y a los padres como yo, que por razones obvias esta- mos más desconectados de lo habitual de la taquilla, nos llamó la atención la elección, por desconocida. Lue- go uno ve la película y lo entiende todo. Especialmente tras asistir a la exhibición interpretativa de Laia Artigas. Porque en la mirada y en la capacidad expresiva de Laia Artigas (Frida en el film) se encierra toda la historia per- sonal que da forma a la película, todo el dolor, el descon- cierto y el caos emocional al que puede verse empujada una niña de solo 6 años que acaba de perder a su madre (víctima del SIDA), como ya perdió a su padre por la misma razón, y que ahora se ve empujada a cambiar su ciudad por el campo, para vivir con sus tíos y su prima, que de repente pasan a convertirse en sus nuevos pa- dres y su nueva hermana. Imposible no ponerse en la piel de esa niña magnética, aparentemente insensible a todo lo que le ha pasado, que sin embargo empieza a denotar su afectación en gestos de celos y rebeldía, hasta hun- dirse cuando uno menos se lo espera, en mitad de las risas y el juego, tras un verano de aprendizaje, de duelo interior, de entender y aceptar qué es la muerte a una edad en la que los niños derrochan vida. Frida acaba llorando, inconsolable. Y uno asume ese lloro como verdadero, porque las dos niñas protago- nistas están tan creíbles que en vez de en un rodaje parece que están viviendo su vida, que Frida es la Car- la Simón del verano de 1993, cuando la vida le llevó a pasar un trago como el que narra en la película. Ya lo decía la actriz Bruna Cusí, espléndida también en el pa- pel de tía-nueva madre, en unas declaraciones a El País: “Cuando Paula, la pequeña, dice, por ejemplo, ‘Yo te quiero mucho’. Los actores adultos damos cien vueltas a una frase como esa, la estudiamos, la preparamos, y siempre queda algo artificiosa. Los niños te desarman con su sencillez. No subrayan, no adjetivan. Y te ense- ñan que en la vida no se ‘coloca’ la emoción”. Verano 1993 está basada en una experiencia personal de su directora y quizás por eso la película derrocha tanta sensibilidad al contar la historia, tanta delicadeza al in- troducir la causa de la muerte de la madre (y el miedo social a esa enfermedad por entonces aún novedosa, desconocida); y tanto rigor y contención al tratar la rea- lidad de Frida, huyendo en todo momento del sentimen- talismo y la búsqueda de la lágrima fácil; y quizás por eso el protagonismo que Carla Simón deja caer sobre la pequeña Laia Artigas, sobre su mirada, sus gestos y sus silencios, mientras ésta se aclimata a una nueva realidad, a nuevos sonidos y nuevos paisajes, a nuevos afectos que su madre ya no le podrá brindar jamás. Aunque eso sea algo que a una niña de seis años le vaya a llevar mu- cho tiempo y muchas lágrimas entender. Por Adrián Cordellat Verano 1993 (2017) Duración: 97 minutos Género: Drama. Adopción Director: Carla Simón Intérpretes: Laia Artigas, Bruna Cusí, David Verda- guer, Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo, Jordi Figueras, Dolores Fortis País: España ENERO 2018• mama • 99