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Machismo y cosificación
en videojuegos y cómics
Publicado el 10 de enero de 2018 en Criando Frikis
L
levo unas semanas dialogando con un amigo
sobre el machismo en nuestros días y en
nuestro entorno friki. Y yo que soy hombre
“mansplaining” (así lo llamáis ¿verdad?) os
voy a contar mi humilde perspectiva.
Nunca me he considerado machista, pero el error
es que lo era aunque no quisiese o no lo celebrase.
Pero la vida está llena de puntos de inflexión y en la
mía ese punto fue el nacimiento de mi hija mayor, que
puso ante mis ojos algo que llevaba años existiendo,
algo por lo que había pasado un millón de veces,
algo que hasta ese momento no descubrí de verdad.
Y no era otra cosa que un mundo de color rosa muy
ofensivo y no porque “representase” lo femenino, sino
porque me obligaba a vestir a mi hija así, a comprar
sus juguetes en la zona rosa de la tienda de juguetes,
a regalarle princesas en lugar de guerreras, a que sólo
las niñas apareciesen en las cajas de las cocinitas, a
que me dijesen que tenía que llevar pendientes para
ver que era una niña… Pero eso sólo acababa de co-
menzar. Lo que al principio tanto me molestaba se ha
convertido en mi peor pesadilla según ha ido crecien-
do mi hija y ahora que ha nacido su hermana.
Machismo en los videojuegos
Cuando era joven jugaba mucho al Street Fighter II.
¡Cuánta propina tirada! Nunca me paré a pensar si era
machista o no. Realmente, en mi cabeza, un videojue-
go era un videojuego… algo ajeno a esa realidad que
yo acabo de descubrir y que nos va mostrando el ca-
mino que más adelante vamos a seguir. Todo cuenta
en nuestro desarrollo personal.
10
•
mama
• ENERO 2018
Pero te invito a que hagas un ejercicio de obser-
vación: ¿Cuántas luchadoras había? ¡Exacto! Una, la
querida Chun Li. Sigamos con el ejercicio. Analicemos
el aspecto de los personajes: tenemos a los hombres
guapos, a los feos, al gordo… pero sólo tenemos una
mujer y ¿cómo la dibujamos? No hay otro camino
posible. Ella, tan luchadora y fuerte como los demás,
llama la atención por ser sexy, delgada, llevar ropa
insinuante, lucir grandes pechos…
¿Esto influye en un niño de 10-12 años que está
empezando a jugar a la consola? No soy psicólogo, ni
tengo conocimientos relevantes, pero estoy conven-
cido de que no es el mejor ejemplo posible. Cosificar
a una mujer no lo es nunca. Pero no sólo de Street
Fighter II vive el gamer. Hubo secuelas donde apare-
cieron más mujeres para igualar la balanza. En todas
ellas se repetía el mismo patrón.