[ CULTURETA ]
to que los bebés duermen lo que necesitan desde su
etapa fetal. Por eso es tan absurdo enseñar a dormir
como enseñar a estornudar. Por otra parte, en aquellas
culturas en las que lo habitual es el sueño en compa-
ñía, el índice de muerte súbita
del lactante es casi inexistente.
Y, por último, como bien dices,
en la crianza en Occidente in-
fluye enormemente el negocio
económico creado en torno a
la infancia, que nos hace creer
que es necesario tener una
gran cantidad de artefactos
completamente prescindibles.
AC: Otro tema importante en
tu libro es el de la violencia:
¿Hemos normalizado en occi-
dente la violencia contra las
mujeres en el parto?
los niños siempre vuelve a salir contra la sociedad, en
forma de enfermedades, adicciones o violencia con-
tra otros más débiles en el futuro.
“Excepto en
nuestra cultura,
lo habitual en el
mundo es el sueño
en compañía, la
lactancia materna
durante años y
llevar a los niños en
brazos hasta que
comienzan a andar”
MJ: La violencia obstétrica es
una de las asignaturas pen-
dientes porque ha sido habi-
tual y característica dentro de la medicalización del
parto. La cantidad de intervenciones durante el pro-
ceso fisiológico que se han venido realizando en los
últimos años es muy superior a las recomendaciones
de la OMS desde 1985, y han tenido consecuencias en
las madres y en los bebés. Afortunadamente, los pro-
tocolos sobre parto normal que están vigentes ahora
en nuestro país recomiendan respetar el parto y no
intervenir si no es necesario.
AC: ¿Y la violencia contra los niños, manifestada de
mil y una maneras? ¿Es también habitual en otras cul-
turas?
MJ: Existe cierta variabilidad cultural dependiendo de
si se trata de sociedades en las que la agresividad es
su forma de supervivencia. En nuestra sociedad sigue
existiendo permisividad con el castigo físico, que no
se prohibió en España hasta 2007. Casi la mitad de
los adultos y niños creen que es necesario pegar para
educar. Y, además, lo cierto es que la violencia sobre
AC: “Esto no es un libro, es un
arma de intervención políti-
ca”, dice la pediatra, antropó-
loga y escritora Carmen Her-
nández Zurbano en el prólogo
de tu libro. ¿Sientes a tu libro
reflejado en esa definición?
MJ: Me encantaría que así fue-
ra. La maternidad es política.
La forma de tratar a la infancia
también es política puesto que
muestra la estructura de cada
sociedad. Ojalá este libro ayude
a entender el proceso de desa-
rrollo infantil y a cambiar algu-
nas pautas en la crianza. Res-
petar y proteger la maternidad
y la infancia es una cuestión
de salud pública. Es también la
mejor manera de tener una sociedad sana y feliz.
AC: En ese sentido, y para terminar, ¿qué interven-
ciones políticas consideras imprescindibles, concre-
tamente en España, para mejorar la crianza de nues-
tros hijos y con ello el futuro de nuestra sociedad?
MJ: La primera y más urgente medida es equiparar
las bajas por maternidad con las de otros países del
norte de Europa, que van desde un año a dos. Si pro-
tegemos a las madres, ellas podrán cuidar de los ni-
ños. Es necesario que la sociedad no castigue a las
mujeres por ser madres, impidiendo que tengan que
pagar un precio en su carrera profesional. Los prime-
ros años son fundamentales para el desarrollo, por lo
que la sociedad debe invertir recursos para facilitarlo.
Es invertir en nosotros mismos y en nuestra supervi-
vencia como especie. Tal como las antropólogas Mar-
garet Mead y Ruth Benedict decían en los años ‘40,
se puede cambiar una sociedad cambiando la forma
de tratar a los niños. ■
NOVIEMBRE 2017 •
mama
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