[ CULTURETA ]
MJ: La etnopediatría considera que el
equilibrio entre estas necesidades infanti-
les, que son las mismas en todas partes, y
que no han variado desde hace milenios,
y la respuesta que los padres damos, es la
clave. Nuestra forma de vida, que trasla-
damos a la infancia, condiciona el grado
de desarrollo, salud y enfermedad de los
niños. El estrés y la prisa, habituales en
nuestras ciudades, se traducen en jornadas escolares
y extraescolares que superan la jornada laboral legal
en Europa. Además de la influencia de los factores
genéticos, las consecuencias de este modelo son un
mayor índice de enfermedades y trastornos, cada vez
más habituales en nuestra cultura, como la anorexia,
bulimia, sobrepeso, fatiga crónica, estrés, déficit de
atención, hiperactividad, autismo, agresividad o sín-
drome de muerte súbita. Por el contrario, una investi-
gación de 2014 sobre 14.000 niños en EEUU concluyó
que una adecuada vinculación en la infancia evita la
hiperactividad, agresividad o fracaso escolar.
Incluso el grado de contacto físico y afecto de-
termina el desarrollo cerebral, favoreciendo un
aumento de hasta un 30% del tamaño total y un
10% más de zonas como el hipotálamo, esencial
en el proceso de aprendizaje, la memoria y la ges-
tión de emociones ante el estrés.
AC: Al respecto, en el libro citas un sinfín de traba-
jos y estudios desarrollados a partir del surgimien-
to de la etnopediatría. ¿Qué han demostrado esos
estudios?
MJ: Las investigaciones que desde los años ‘90 se han
realizado en universidades de Estados Unidos, como
Emory, Harvard, Delaware, Massachusetts, Boston,
Notre Dame o California, y que están corroborando
los recientes descubrimientos desde la neurociencia,
neurobiología y epigenética, demuestran que la in-
fancia condiciona el desarrollo y la salud de los niños.
Y también influye de forma directa en la salud y en-
fermedad de esos niños en la edad adulta, y por
tanto en la sociedad del futuro.
AC: Muchas veces da la sensación de
que la crianza se asume como un acto
baladí. “Siempre se ha hecho así y
no ha pasado nada” y a otra cosa
mariposa. ¿Se nos olvida que to-
dos, a través de la crianza de
nuestros hijos, estamos sem-
brando el germen de la so-
ciedad del futuro?
MJ: Así es, la forma de tra-
tar a los niños condiciona
su autoestima, su percep-
ción del mundo, la ma-
nera en que se ven a sí
mismos y la forma de re-
lacionarse con otras per-
sonas. Hay estudios que
han asociado la forma de
criar, a través del grado
de contacto físico durante
NOVIEMBRE 2017 •
mama
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