Madresfera Magazine 13- Noviembre 2017 | Page 34

y colaboradora de la asociación cita- da, la “utilización” de los niños en este sentido es justamente una de las mayores preocupaciones que persisten en nuestro ordenamiento jurídico desde hace años: “Ya en 2013 el Informe Anual del Defensor del Pueblo señalaba como un pro- blema aún sin resolver “los daños co- laterales que sufren los menores cuando el progenitor ejerce violencia de género sobre su madre, así como el uso que de los hijos se hace por parte de los progenitores inmersos en un proceso de separación o de di- vorcio”. Por desgracia, ese sigue siendo uno de los principales puntos débiles de nuestra legislación”. Explica la abogada que actual- mente lo único que existe para inten- tar que esto no ocurra es la posibili- dad de tutelar las visitas cuando la custodia la tiene la madre a través de los Puntos de Encuentro Familiar (PEF). Sin embargo, insiste en que, en muchos casos, “carecen de per- sonal con la suficiente preparación para atender supuestos de violencia familiar o de género y de las medidas de seguridad suficientes para garan- tizar la seguridad e integridad física de los menores”; además de que las visitas tuteladas tienen normalmente carácter temporal y se van amplian- do progresivamente permitiendo un menor grado de tutela por los res- ponsables del PEF, lo que “abre la posibilidad de que el padre maltrata- dor se lleve al menor consigo unas horas fuera del PEF, con los graves riesgos que eso puede entrañar”. Para solucionar este problema, se ha puesto sobre la mesa la creación de puntos de encuentro exclusivos y 34 • mama CONSECUENCIAS EMOCIONALES Si bien es cierto que en el trabajo de apoyo a las mujeres víctimas de vio- lencia de género, su atención social, psicológica y jurídica es absoluta- mente necesaria, también lo es la de sus hijos. Sólo así se puede evitar que se conviertan en víctimas invisi- bles, con las consecuentes secuelas y trastornos que ello conlleva. "Los Puntos de Encuentro Familiar carecen de personal con la suficiente preparación" especializados en la atención de ca- sos de violencia de género. También la posibilidad de que se pueda esta- blecer la suspensión del régimen de visitas en cualquier caso en que el menor hubiera sido testigo presen- cial del maltrato o hubiera convivido con situaciones de violencia o las hu- biese sufrido. Esto, en opinión de Martínez, aunque sería necesario se hace insuficiente “si lo que se quiere es garantizar la protección de los ni- ños ya que deja fuera de protección a muchos menores”. • NOVIEMBRE 2017 Y es que, como sostiene Sofía Czalbowski, psicóloga experta en violencia de género, los niños y ado- lescentes expuestos a la violencia de género sufren las alteraciones y efectos de una situación de maltrato que si bien pueden no manifestarse a corto plazo sí pueden hacerlo a futu- ro: “A veces las consecuencias no son visibles en un primer momento, quizás se manifiesten a lo largo de los años, pero en la mayoría de los casos hay una afectación”. Según la psicóloga los niños que viven la vio- lencia de género en su hogar lo ha- cen en un ambiente como si fuera de guerra: “Nunca saben cuando va a estallar el siguiente episodio”. Y pone de ejemplo un estudio en el que se comparaba entre niños de la guerra y los expuestos a la violencia de género. “Se encontraron seme- janzas y diferencias: los que padecie- ron los efectos de la guerra compar- tían sus vivencias pero, sin embargo, los que habían vivido violencia de género optaban por el secretismo. Los de la guerra la habían dejado atrás y antes hubo momentos felices. Los que habían sido expuestos a la violencia de género, empezaron a sentirse mejor a partir de estar en una casa de acogida, sin que pudie- ran recordar momentos felices. Este es un problema muy grave y es una