Madresfera Magazine 12 - Septiembre 2017 | Page 68
[ CULTURETA ]
reacciones, y también te
hacen pensar que esos
espacios creados para la
política institucional es-
tán totalmente separados
de la vida. El día en que
Bescansa llevó al bebé al
Congreso produjo algo
muy potente y generó una
pregunta: ¿Cómo podría
ser un espacio de políti-
ca en el que nosotros no
dejásemos fuera nuestras
dependencias y la vida
que tenemos que cuidar
y sostener? Lo que pasa
es que al día siguiente ya
no hay más de esto. Bes-
cansa “concilia”, que es
la otra gran palabra que
anda ahora por nuestros
imaginarios. Conciliar es
arréglatelas como puedas,
pero que tus dependen-
cias no entren dentro de
nuestro espacio político.
Esto, que parece tan leja-
no si lo vemos en el Parla-
mento, pasa también en nuestros colectivos de ba-
rrio, salvo que exista una voluntad firme y común de
hacerlo de otro modo.
AC: Estoy de acuerdo contigo, como apuntas en
el libro, en que reducir el concepto cuidados a la
maternidad/paternidad y la crianza “es una reduc-
ción de los sentidos”, porque los cuidados nos ha-
cen falta durante toda la vida. Pero mi sensación es
que pasa como con la conciliación, que no la vemos
hasta que somos padres. ¿Por qué crees que cues-
ta tanto que desde la política y las instituciones se
preste atención a los cuidados?
CL: Creo que hay una construcción identitaria que
describe muy bien en su libro ‘La fantasía de la in-
dividualidad’ Almudena Hernando. No hablamos de
una construcción nueva, pero sí moderna, porque
68
•
mama
• SEPTIEMBRE 2017
viene de la Ilustración ha-
cia nosotros, que nos ha
ido vendiendo ese modelo
de persona autónoma que
se basta a sí mismo, que
no tiene dependencias
ni las va a aceptar. Pero
como va desgranando en
su libro Almudena, sí te-
nemos dependencias. De
afecto, de cuidado, tam-
bién en lo material. Y esas
dependencias están du-
rante toda la vida. Lo que
pasa es que se promueve
como la reina de las iden-
tidades esa autonomía y
lo que se valora es creerte
una especie de superhé-
roe, que va muy en con-
sonancia con las teorías
neoliberales económicas
de que uno se hace a sí
mismo y todo lo que tiene
se lo ha ganado con su es-
fuerzo. Nos construimos
creyendo que no nos ata
nada a nadie, ni siquiera
a la familia. Tienes que esperar, como bien dices, a
tener un hijo, tu propia familia, a ver ese vértigo que
te entra al tener un criatura de días en los brazos,
para darte cuenta de que nunca hemos dejado de
ser eso, bebés muy indefensos. Si lo miras desde una
perspectiva filosófica, con altura, no somos nada en
este mundo y cuando somos algo es gracias a que
nos enlazamos, nos vinculamos unos a otros y nos
cuidamos.
AC: Te hacía la pregunta anterior porque hay una
frase de tu libro, de una de las fuentes, un trabaja-
dor de una residencia de ancianos, que me encanta:
“Cuando uno es pequeño y cuando uno es mayor es
cuando necesita más cuidados, al principio y al fi-
nal. Y cómo falla la sociedad en esos aspectos”. Es
como si lo que no generase beneficios económicos
y tangibles de manera inmediata fuese invisible…