moviendo más la adopción den-
tro del propio país, ¿no?
Claro, la prioridad en toda la nor-
mativa internacional es lo que se
conoce como el principio de subsi-
diariedad de la adopción interna-
cional. Es decir, lo primero es bus-
car una familia en el país donde
vive el niño y solo si no se encuen-
tra en el país de origen, tiene cabi-
da la adopción internacional. De
esta forma se le evita al niño una
adaptación a otra cultura y otro
país, que siempre tiene conse-
cuencias de todo tipo. Así, en paí-
ses como China y Rusia, por ejem-
plo, la mejora de la situación
económica ha favorecido que haya
menos niños abandonados y que
sean las propias familias de esos
países las que están accediendo a
la adopción nacional, por lo que
hay menos menores adoptables a
nivel internacional.
“Las adopciones
internacionales
han contribuido
a normalizar la
diversidad en
las adopciones
y a hacerlas más
visibles y más
abiertas”
Teniendo en cuenta esto, que
cada vez hay menos niños adoptables, ¿cómo viven
las familias que esperan esta larga travesía hacia la
adopción?
Es muy angustioso porque se les pueden generar
unas expectativas que luego no son satisfechas, pero
claro, no es algo que dependa de las administraciones
el que haya un niño disponible y rápido. Y además no
se trata de eso, la adopción no es una forma de darle
un niño pequeño y sano a una familia que lo busca,
sino de encontrar la mejor familia para un niño sin
ella. Está claro que la vivencia de una familia que es-
pera es muy dura, pero también tendríamos que pre-
guntarnos por cómo es la de los niños que esperan.
Después de esto, imposible no preguntarte por esos
niños que se cronifican en las administraciones a la
espera de una familia.
La verdad es que no puedo hablar por ellos, pero es
evidente el daño que se está produciendo en estos
críos por la falta de vida en familia. Y es que la fami-
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mama
• JULIO 2017
lia es el mejor recurso de protec-
ción, sin duda. En todos los estu-
dios que se han hecho a lo largo
de la historia y del mundo se ha
visto el impresionante impacto
que tiene para un niño pasar de
un sistema residencial a una fami-
lia. A todos los niveles. Desde la
salud a la autoestima pasando por
el rendimiento escolar. Es increí-
ble el salto que se da. Unos niños
a los que conozco, que pasaron
por esta situación, les pregunta-
ron a sus padres adoptivos: ¿Por
qué tardasteis tanto en venir? No
fueron l