[ EDITORIAL ]
El equipo
que ha
hecho esta
revista
Mónica
de la Fuente
directora
de Mama
y fundadora de
Madresfera.com
Diana Oliver
Redactora jefe
marujismo.com
Adrián Cordellat
Redactor
unpapaenpracticas.com
Clara Montagut
Directora de arte
paseandohilos.com
estudio
taller
gráfico
espaciografico.com
Diseño y Maquetación
T
El amor sin
carga genética
ener hijos nos convierte en pa-
dres, de manera automática.
Nos añade hojas en el libro de
familia y una lista interminable
de cosas por hacer de aquí a
30 años vista.
Pero no nos convierte en buenos pa-
dres o madres. No es un billete a una
crianza feliz o sencilla. No es garantía de
una vida sin frustraciones o dramas. La
carga genética no nos garantiza una ma-
yor cantidad de amor mutuo, ni tan si-
quiera en una de las direcciones. Incluso
aunque nos parezca anti-natural hay pa-
dres que rechazan a sus hijos, y vicever-
sa, que no sienten ese amor que debería
darse por hecho en todo caso, y de ma-
nera instantánea desde el mismo mo-
mento casi de su concepción.
Pero no. No pasa así siempre. No es
tan sencillo. Y a veces sale mal.
De la misma manera que la adopción
tampoco es un proceso fácil y romántico
en el que las piezas que faltaban, esos
hijos que no llegan, se colocan en nues-
tro puzle familiar. No es sencillo, y a ve-
ces también sale mal.
“No existe el derecho a adoptar, sino el
derecho del menor a tener una familia”
nos dice Benedicto García, coordinador
de la Federación de Asociaciones en De-
fensa de la Adopción y el Acogimiento
(CORA) en nuestro dossier central. Y
desde luego, llegar a esa conclusión y a
ese punto, nos exige un ejercicio de re-
flexión importante. Y de realidad. No
pensar en nosotros sino poner al niño en
el centro, con lo que ello implica, y lo
que viene con él. De amar más allá de
cargas genéticas.
JULIO 2017 •
mama
• 3