[ EL POST DEL MES ]
No es por ti,
es por mí…
Publicado el 14 de junio de 2017 en ‘La parejita de golpe’
Y
o soy el que tiene prisa. Yo soy el que
tiene el reloj en la cabeza. Tic Tac Tic
Tac, detrás de los ojos. Yo soy el que
se pone de los nervios si te pones la
camiseta o los zapatos al revés, si no te
subes la cremallera, si no te abrochas el botón. Yo
soy el que quiere que salgamos ya, el que quiere
que estés preparado para salir ya.
Yo soy el que se desespera porque tu hermana tar-
da en acabarse la leche. Porque tu hermano quiere
vestirse conmigo al lado. Yo soy el que tarda un se-
gundo de más en darme cuenta y en pedirte perdón
por tirarte del pelo al hacerte la coleta. Y en darte un
beso para que me perdones, aunque no haga falta.
Yo soy el que olvida estas cosas. El que deja que las
prisas me hagan olvidar lo que realmente tengo que
hacer. Lo que necesitáis.
Yo soy el que se olvida de lo importante que es ese
Pikachu, ese dinosaurio, esa tarjeta. Lo importante
que es irnos al cole con ese muñeco al que agarrar-
se. Iluso. Yo soy el que no se para a desear de verdad
buenos días. Yo soy el que en la puerta de la clase,
por fin, os doy ese beso y os pido que lo paséis ge-
nial. Cuando ya está todo el trabajo hecho, cuando
ya hemos pasado por las prisas, los “desesperos”, la
presión. Y aún así, me devolvéis ese beso.
Yo soy el que le da más importancia a la camiseta
limpia que al tomate que te chorrea por la barbilla, o
al chocolate de tu sonrisa. El que prefiere que el pla-
to esté al menos medio vacío a que estés contento a
la mesa conmigo. ¡Seré imbécil! Yo soy el que te pide
que te sientes veinte veces, el que pone mala cara
porque mojaste el mantel. Y el que te habla con voz
de enemigo, de dictador, sin darme cuenta. Yo soy el
que no se da cuenta de nada de todo esto, hasta qu e
la Maestra-Jedi me lo enseña.
Yo soy el que no entiende que dormir sin sentirnos
junto a ti es más difícil, que cada minuto, cada cuento,
cada canción es importante, es calma, es unión. Yo soy
el que deja que el cansancio te arrebate eso. Nos lo
arrebate. Yo soy el que no ve lo tranquila que duermes
después de media hora, una hora, sin dejarme mover
de los pies de tu cama. El cansancio me lo arrebata. ¿Y
cómo me lo pagáis? Con besos y te quieros.
Yo soy el que olvida estas cosas, el que se las
pierde, el que tiene la prisa instalada en la cabeza
y la venda de adulto en los ojos de adulto. El que
siempre tiene excusas. Por eso necesito apretar los
párpados y mirar a la pantalla en blanco. Escribir y
darle vueltas a todo esto. Para pensarlas, recordar-
las, masticarlas, y caer en los detalles, en las señales,
en los motivos. Y que queden aquí por escrito, para
que no vuelva a olvidar. Para darme cuenta de lo im-
portante, y de que me equivoco demasiadas veces,
que lo estoy haciendo mal.
Deja que llueva, melón. Las pocas tormentas llegan
y pasan, y solo muy de vez en cuando graniza. Tengo
que aprender a disfrutar de nuevo de la lluvia, y mo-
jarme con vosotros.
Yo soy el adulto. Yo soy vuestro padre. No es por
ti, ni por ti tampoco. El que falla soy yo.
JULIO 2017 •
mama
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