[ CULTURETA ]
Bueno esto yo no lo sé, pero en
vista de la fuerza que tienen los
lobbies patriarcales en España, las
personas que pensamos que esto
es una atrocidad, y yo lo pienso, te-
nemos que estar preparadas para
movilizarnos. La legalización de la
maternidad subrogada sería para
el feminismo, entendido como la
defensa de la dignidad de las muje-
res, un mazazo absoluto. Sería algo
muy duro de tragar y tenemos que
movilizarnos. A mí es algo que me
preocupa y me entristece mucho.
“¿De verdad
hay que
explicar
en medios
políticos que
maternidad y
paternidad no
son lo mismo?”
Es que están muy polarizadas las opiniones. Yo me
doy cuenta de que lo que a mí me parece obvio,
encuentra mucha oposición. Veo como se van repi-
tiendo una y otra vez los argumentos a favor de la
gestación subrogada, siempre los mismos, como si
fueran un mantra: que si la libertad de la mujer, que
si una señora rica en California se prestó una vez
como vientre de alquiler... A mí esto no deja de sor-
prenderme.
Bueno el argumento de la libertad es un clásico del
neoliberalismo. Lo que sabemos es que se trata de un
negocio boyante, un negocio que está despuntando
de una forma meteórica. Las empresas dedicadas a la
gestación subrogada, que en Estados Unidos son ya
muy poderosas, tienen lobbies. Es decir, esta gente
paga para que se publique, se hable, se hagan estu-
dios y se hagan ferias comerciales. Hay muchísimo di-
nero detrás y es un negocio que es puro patriarcado:
mujeres completamente cosificadas se convierten en
instrumentos al servicio de unos varones –o de mu-
jeres empoderadas al modo patriarcal-- que quieren
ver cumplidos sus deseos. Es terrorífico.
A mí me interesan los datos. En Inglaterra, que tiene
la legislación más garantista, que prohíbe el intercam-
bio comercial y sólo lo permite de manera puramente
altruista, se registraron 20 casos en el 2016. Eso es lo
que da de sí la maternidad subrogada altruista.
La maternidad se ha considerado muchas veces
como algo que aburguesa, pero ¿tú crees que pue-
de ser también una fuerza motora para el cambio?
Sí, totalmente. De hecho, no creo
que aburguese. Quizás lo hacía
para las clases altas en otras épo-
cas, pero hoy es justo al revés. Hoy
el modelo neoliberal ideal es el
dinky (Double Income No Kids o
pareja sin hijos). En el neolibera-
lismo no tienen encaje posible las
maternidades entrañadas, esas ma-
ternidades con apego pero que se
desarrollan de una forma poco pau-
tada, poco normada.
Para acabar, ¿podrías decirme tres
medidas que hiciera falta poner en
marcha con urgencia y que podrían salir adelante si
las instituciones mostraran un poquito de interés?
Facilísimo. La primera, las prestaciones universales
por hijo a cargo, que ya hay en todos los países eu-
ropeos que han tenido estados del bienestar desa-
rrollados y decentes. Estas prestaciones suelen ser
de unos 100 euros mensuales. La segunda, sería por
supuesto unos permisos parentales de un año, trans-
feribles en su mayor parte. Que se dejan las 16 sema-
nas al 100% y luego el resto hasta los 12 meses con
una tarifa plana... pues habría que verlo. Pero siempre
con un criterio redistributivo y garantizando que to-
das las criaturas puedan tener una crianza temprana
digna. Y la tercera sería realizar una revisión de to-
das las prestaciones familiares que no están sujetas
a renta en España, que hay un montón. Por ejemplo,
es escandaloso que las matrículas en la universidad
por familia numerosa no estén sujetas a renta. Y es
especialmente intolerable por el agravio que supone
en un país donde la infancia carece de prestaciones
sociales y donde tenemos las cifras que tenemos de
pobreza infantil.
Mi hija aguanta milagrosamente dormida toda la
entrevista, pero mientras hablo el mayor empieza a
perseguirme por la casa sin darme tregua. No puedo
poner en paréntesis mi maternidad por mucho más
tiempo, así que me despido de Patricia. Cuando cuel-
go me doy cuenta de que lo mismo nos pasa a los
españoles: como no nos demos prisa, los hijos van a
empezar a notársenos sin remedio. ■
MAYO 2017 •
mama
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