[ SANA-MENTE ]
cias emocionales, tienen menos
seguridad, menos autoestima e
incluso es más probable que sean
víctimas de acoso”. Como los hay
que relacionan la crianza excesi-
vamente autoritaria con conse-
cuencias similares en el desarrollo
de los niños.
¿Está la solución, como muchas
veces se dice, en el punto medio?
“La solución no siempre se encuen-
tra en lo que algunos llaman “el
equilibrio”, como si estuviese la so-
lución a medio camino entre dos
posturas cualquieras, o entre dos
errores”,
reflexiona
Catherine
L’Ecuyer: “No es lo mismo llevar el
bocadillo al adolescente de 15 años
al cole que llevarle el muñeco a un
niño de dos años el primer día de
colegio. Y no es lo mismo dejar que
un niño se manche libremente en
un parque que dejarle subirse a un
árbol de 40 metros. Es preciso ma-
tizar en función del contexto con-
creto, de la edad, de la situación”.
“La educación
verdadera
empieza por
el conocimiento
que tiene un
padre de su
hijo y por la
sensibilidad
parental que
se desarrolla
a base de
estar tiempo
con él”
En ese sentido, Catherine afirma
que que los padres tendemos a eti-
quetarnos entre nosotros porque
vamos con recetas que no dejan de
ser consejos genéricos que “no to-
man en consideración la edad y las
circunstancias del niño”. Consejos
que leemos en cualquier parte, es-
critos por supuestos expertos, y
que no dejan libre curso a nuestra
intuición materna y paterna: “La
educación verdadera empieza, por
un lado, con el conocimiento que
tiene un padre de su hijo y, por otro
lado, por esa sensibilidad parental,
que se desarrolla a base de estar
tiempo con él. La solución a muchos
asuntos educativos se encuentra en
esa sensibilidad, que nos permite in-
tuir las necesidades reales de nues-
tros hijos”, concluye. ■
La industria del consejo
“El sentido común se ha convertido
en el menos común de los sentidos
porque hemos dado un protagonis-
mo exagerado a la industria del
consejo empaquetado”, argumenta
la autora de ‘Educar en el asom-
bro’, que considera que “vivimos en
“la era del consejo” y que cuando
no es la industria del consejo la que
anula nuestra intuición paternal di-
ciéndonos todo lo que hemos de
hacer en cada momento, son las
cuñadas, las suegras, la amigas, las
vecinas o las madres del colegio.
Parece que todo el mundo tiene
derecho a opinar de lo mal que lo
estamos haciendo. Todas las fami-
lias tienen un proyecto. Y los pro-
yectos familiares se respetan”.
MARZO 2017 •
mama
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