Diana y su
familia el pasado
verano en Punta
Umbría (Huelva).
fotografía de
Antonio Morano
MaMa: Dejaste tu Huelva natal para estudiar en Sa-
lamanca y luego ya no has vuelto (Sevilla, Sudáfrica,
Londres): ¿Qué es lo que más echas de menos de tu
tierra?
Diana: Echo mucho de menos a las personas que
tengo allí: mi madre, mis hermanas, mis amigos…
Todos son parte importante de mi vida y me encan-
taría poder verles más a menudo. Pero también echo
de menos todas esas deliciosas comidas de mi tierra,
que este año ha sido elegida capital española de la
gastronomía. Sueño con los chocos, las gambas, el
jamón, las fresas… ¡Comer en Huelva es un lujo!
MM: Eso sí, al menos los primeros años de tu materni-
dad los viviste relativamente cerca de tu familia y de
tus amigos. ¿Se echa mucho de menos desde el expa-
trío ese apoyo familiar en el día a día con las peques?
DG: ¡Ni te imaginas! Me fui a Sudáfrica cuando mis
hijas eran muy pequeñas. Recuerdo que Candela se
pasó los tres primeros meses llorando y diciendo
que quería volver a España con su primo Marcos y
su “seño” Magda. Verme en un nuevo país, tan lejos,
y sin mi familia fue muy, muy duro. Es cierto que las
redes sociales son una gran ayuda en estos casos,
pero no es suficiente.
MM: Se habla mucho también de la soledad con la
que se vive hoy la maternidad. Supongo que algo de
ella debiste sentir cuando de repente, de estar rodea-
da de amigas en Sevilla, pasaste a vivir en un lugar
totalmente desconocido como Durban, ¿no?
DG: Es cierto que me sentí muy sola. En España
llevaba una vida social muy activa, hacía muchísimas
actividades con mis hijas, pero también salía con
MARZO 2017 •
mama
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