mo tiempo somos la primera generación que tiene
conciencia real de los efectos del cambio climático, de
la pérdida brutal de biodiversidad que todo esto ha
traído en tan poco tiempo, de la destrucción de eco-
sistemas. Inevitablemente, vivimos una época de con-
tradicciones. Por eso es tan importante que tomemos
conciencia, continuemos aprendiendo, corrijamos lo
que haga falta en nuestro día a día y eduquemos bien
a nuestros hijos.
que también usan de forma colectiva. Algo que les
enseña el valor de compartir por encima del deseo de
posesión. Otra cosa bonita es que hace unos años
comenzaron a utilizar productos ecológicos en el
comedor y aprovecharon este avance para hacer
partícipes a los niños y explicarles todas las implica-
ciones de esta transición.
¿Qué crees que podemos hacer como padres para
fomentar un consumo mucho más razonable desde
casa? ¿Por dónde podemos empezar?
Por dar el mejor ejemplo. Y si empezamos desde la
cuna, mejor que mejor. Sin embargo, como los adultos
también estamos en constante aprendizaje, no hay
que tener miedo de introducir cambios en el hogar.
Bien explicados y fundamentados, eso sí, para que los
niños entiendan las razones por las
que tomamos esas decisiones y, con
suerte, también las hagan suyas.
A veces... ¿falta en general cohe-
rencia entre mensaje y los hábitos
de consumo de la familia?
Es muy habitual y creo que en parte
es normal porque nos hemos visto en
la necesidad de reaprender demasia-
das cosas. Somos la generación de los
desechables, del consumo desmedi-
do, del fast food, fast fashion y el low
cost. Vivimos en una sociedad de la
abundancia, independientemente de
nuestro nivel económico. Pero al mis-
36
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mama
• MARZO 2017
Sobre el entorno familiar y social... ¿es posible
trasladar esta toma de conciencia acerca del
consumo sostenible a otros sin que le resten
importancia o se sientan atacados?
De nuevo, creo que lo importante es dar el mejor
ejemplo, sin caer en juicios ni calificaciones al otro.
Estar abiertos a explicar por qué hacemos lo que
hacemos, y comprender que cada quien vive su propio
proceso y a su propio ritmo. Creo que por eso yo he
apostado por bloguear y por pasar al activismo.
Porque finalmente, tu mensaje sólo lo escuchará aquel
que esté preparado para hacerlo. Y el blog y el
activismo me han permitido poner la información al
alcance de más personas, sin necesidad de dar
discursos moralizantes en una cena familiar, cosa que
puede ser una pesadilla para todos cuando el otro no
está por la labor de escucharlos.
Por último, ¿nos podrías dar algunos consejos para
un hogar realmente más sostenible?
Hablemos de algunas “erres” importantes: Reflexionar
sobre todo lo que consumimos. Rechazar todo lo que
no necesitamos. Reducir al mínimo el consumo -ya
sean zapatos o agua-. Reparar siempre que sea
posible. Reutilizar -dando nueva
vida con el upcycling, compar-
tiendo con otros lo que ya no us-
amos, comprando de segunda
mano. Reciclar todo aquello que
nos quede después de aplicar to-
das las R anteriores (ya sea plásti-
co, residuos orgánicos, vidrio o
tejidos). Y un bonus track: Recla-
mar. Hacer oír nuestra voz y exi-
gir cambios, responsabilidades,
hacer un poco de activismo, que
nos hace falta para multiplicar el
impacto positivo de nuestros
gestos individuales. ■
“Somos la
primera
generación que
tiene conciencia
real de los
efectos
del cambio
climático”