Madresfera Magazine 06 - Septiembre 2016 | Page 89
[ VIAJAR EN FAMILIA ]
E
l 7 de junio aterrizaba en Barcelona la
familia Sakamoto cargada con las bicicletas que les conducirían a su destino
y algo de equipaje. El pequeño Kojiro
de 3 años llegaba con algo de fiebre
pero nada que un poco de descanso y amor no
pudieran curar. Desde allí, y tras pasar por Girona, Tatsu, Yoshika, Kentaro y Kojiro se dirijieron
a Burgos para iniciar una aventura que les ha
llevado a recorrer un total de 750 kilómentros
en bici desde la capital burgalesa hasta Oporto
siguiendo el Camino de Santiago. ¡Y con dos
niños de 3 y 5 años! Definitivamente, el mundo
está hecho para los valientes, para los que no
se conformar con soñar, sino que además se
atreven a llevar adelante sus sueños. Por alocados que parezcan. Para poder cumplirlo han
ahorrado mucho, lo justo para hacer un viaje
que les ha hecho ir cargados con lo básico para
pasar los días: comida para los niños, sacos de
dormir, herramientas para reparar bicicletas y
un ordenador para mantenerse conectados y
compartir sus aventuras. En Santiago de Compostela MAMA conoció su historia. Y desde allí
no dudamos ni un momento en ponernos en
contacto con la familia Sakamoto. La suya era
una historia Madresfera Magazine, una historia
de superación para demostrar que todo es posible. También con hijos pequeños a cargo.
Nos dice Tatsu que lo que más le ha impresionado del Camino de Santiago ha sido la
gente local y los peregrinos. “Los peregrinos,
todos de diferentes países, ciudades, edades
y personalidad y que han elegido diferentes
formas de hacerlo (andando, en bici, a caballo,
¡incluso en burro!), hacen su propio Camino. La
mayoría de ellos son amables y muy solidarios,
siempre dispuestos a ayudar, y gracias a eso
hemos podido completar el Camino francés y
portugués. A lo largo del recorrido la gente le
decía a mi hijo de cinco años, Kentaro, cosas
como “¡¡Campeón!!” o “¡Eres el ganador!”. En
algunos momentos, incluso, ante una cuesta
demasiado empinada y difícil empujaban su bicicleta o se la llevaban. Él, a cambio, les llevaba
el bastón de peregrino. Tanto los locales como
todas aquellas personas que hemos ido encontrando en los albergues, bares o tiendas se han
mostrado muy amables con nuestros hijos, les
han besado y les han ofrecido muchos más caramelos de los que ellos puedan nunca comer”,
nos explica.
La experiencia de hacer un viaje tan largo,
y en bici, con niños puede asustar a cualquiera. No a esta familia nipona que afirma que “la
propia crianza estando en Japón es también
a veces dura”. Cuando emprenden una aventura como la del Camino de Santiago a veces
echan en falta cosas simples como no tener
lavadora o supermercado a mano. Otras veces
surgen preocupaciones que tienen que ver con
enfermedades y accidentes de tráfico. Pero
como todo esto va a ser difícil igualmente, sea
donde sea, Tatsu afirma que prefiere que esos
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