Madresfera Magazine 06 - Septiembre 2016 | Page 47
T
res años después de haberte convertido en
madre, ¿dirías que la maternidad te ha
trasformado?
Sí, por supuesto. Creo que la maternidad te
pone en un lugar en el que nunca antes habías
estado, por mucho que te imagines, y del que ya
nunca te vas a mover. Con todas sus cosas. Aunque
yo, pese a la responsabilidad y los miedos que a
veces se tienen, te diría que es todo maravilloso. Para
mí ser madre es el sentido de la vida y soy feliz. Más
feliz que nunca.
¿Qué te ha enseñado Antonella en todo este tiempo?
¿Qué has aprendido de ella?
¡Ah, muchas cosas! A disfrutar cada segundo, de cada
gesto que hace, todo. Creo que los hijos te enseñan a
darle importancia a las cosas que la tienen de verdad.
No sé si esto tiene que ver con que tampoco tienes
mucho tiempo libre para pensar en tonterías (risas).
La maternidad te despierta otro sentido que antes no
tenías, que estaba dormido pero que estaba ahí, para
enseñarte lo importante.
¿Ha sido la experiencia de la maternidad como la
imaginabas?
Ha sido más fácil. Cuando nacen les ves tan pequeñitos e indefensos que al principio no sabes cómo será
todo pero cuando estás unida a tu bebé es todo tan
fácil... Ellos te van guiando de una forma increíble.
Además, yo he tenido suerte y tengo una niña muy
fácil. Ha estado muy pocas veces malita (los típicos
virus infantiles) y en general no hemos pasado malas
noches. Tras tres años, si hago balance me siento muy
afortunada por cómo ella me ha facilitado todo y por
la unión que ambas tenemos.
Has declarado en alguna entrevista que Antonella ha
tomado lactancia materna.
Sí, le he dado el pecho a mi hija hasta casi los tres
años. El destete llegó cuando ambas estábamos
preparadas, sin forzar en ningún momento. Yo hubiera
seguido más y si ella lo hubiera necesitado no me
hubiera importado, pero ella lo dejó cuando quiso.
Cuando no fuerzas las cosas es todo tan natural y tan
animal que todo va saliendo.
¿Cómo han sido estos 3 años de lactancia materna
junto a tu hija? ¿Lo imaginabas así?
Una maravilla. Creo que es la cosa más bonita que
puedes sentir. El pecho no es sólo alimento y salud,
creo que está tan sana gracias a eso, sino que también es algo que me ha facilitado mucho las cosas.
Cuando me he ido de viaje la teta iba incorporada;
otra cosa era el tema de purés que a veces era una
odisea. Yo nunca le he querido dar tarritos y tenía que
ingeniármelas para conseguir que en un hotel me
prepararan su comida. La lactancia materna, además,
crea una unión increíble. Creo que es algo que se
necesita, que les aporta seguridad y que tiene incluso
más beneficios que los que ya sabemos. Yo, al menos,
lo he sentido así, no me gusta hablar en boca de otras
madres.
¿Tenías información s obre lactancia materna antes
de que naciera tu hija?
Fui a varias charlas sobre lactancia materna cuando
estaba embarazada. Para mí era importante, sobre
todo, saber cómo hacerlo al principio, todo lo que te
puede pasar durante la lactancia y cómo reaccionar.
Lo importante es no ponerse nerviosa, no forzar,
confiar, e ir poco a poco. Antonella se fue enganchando muy bien y, por supuesto, siempre a demanda:
cuando ella quería y donde ella quería. Nada de
horarios ni cosas extrañas.
Leemos que según un informe de OMS/UNICEF/
IBFAN de mayo 2016 “las leyes para proteger y
fomentar la lactancia materna siguen siendo inadecuadas en la mayoría de países del mundo”. ¿Crees
que es un problema sanitario que debería despertar
el interés de esos gobiernos?
Creo que no poder amamantar puede conllevar
muchos problemas pero también es cierto que todo
dependerá del caso de cada mujer. Si a ti no te queda
más remedio que volver al trabajo por obligación
muchas horas, lo tendrás más “dificil” para mantener
la lactancia materna y eso es una pena porque la
madre y el bebé van a sufrir. Estoy segura de hay
muchas mujeres que se van obligadas a trabajar por
la situación pero les encantaría poder criar a sus hijos,
por lo menos los primeros años. Ojalá estuviéramos
mucho más apoyadas en este sentido y las bajas
fueran más largas. Que hubiese más ayudas. Y bueno,
luego están también las trabas sociales que se les
ponen a muchas mujeres que reciben todo tipo de
insultos por amamantar en público. Yo, afortunadamente, nunca me encontré con una cosa así y allá
donde fui me daba igual: yo me sacaba mi teta
cuando mi hija la pedía y me ponía a darle el pecho.
Ver a una madre amamantando me parece una
SEPTIEMBRE 2016 •
mama
• 47