Madresfera Magazine 06 - Septiembre 2016 | Page 23
[ HISTORIAS PERSONALES ]
V
anesa Pérez pasó de no tener instinto
maternal a buscar la familia numerosa.
Tres hijos en cuatro años dan fe de su
cambio. “Sobre todo quienes conocían la
condición de mi hijo tenían una mezcla de
admiración y crítica. Del “qué valiente” pasaban al
“insensatos” en un abrir y
cerrar de ojos”, asegura. Su
hijo mayor es Rodrigo, al
que los médicos tardaron
en diagnosticar una lesión
cerebral que ellos vieron
mucho antes, aunque en
un principio se negasen a
hacerlo aferrándose a que
había nacido en diciembre
y a los “dichosos” percentiles. “No hay más ciego que
el que no quiere ver”, sostiene. Al año sus sospechas se hicieron evidentes. El
niño “no se sostenía sentado, sólo hacía pedorretas,
estaba desconectado, su motricidad era penosa, era
hipersensible a muchos sonidos, no podías tocarlo,
hiperventilaba, su bizqueo era cada vez mayor, las
noches eran un infierno entre despertares y llantos, el
patrón cruzado de su gateo incipiente era un desastre…”. A los 18 meses, por fin, consiguieron un volante
por “posible retraso psicomotor”. Unos días después
empezaron las crisis convulsivas que fueron el inicio y
la confirmación definitiva del camino que les tocaba
comenzar a andar.
Un duro proceso que se lleva mejor por la predisposición al trabajo y el “buen carácter” de un niño siempre
sonriente, fuerte y que les ha hecho entender que hay
que tratar las cosas con humor. Dice Vanesa que han
aprendido a no lamentarse de lo que Rodrigo “no va a
tener ni de lo que se va a perder”, sino a valorar “lo que
va consiguiendo y logrando
cada día”. Una receta de vida
“muy importante” para poder comenzar cada día con
más y mejores expectativas.
“El mercado laboral
me considera
no sólo mayor sino
que penaliza mis años
de parón por cuidar
de mis hijos”
El de Rodrigo es un historial médico de “auténtica
novela” y una sucesión de pruebas que no arrojaron
ningún diagnóstico, solo un genérico “retraso madurativo”. “Su afectación es fundamentalmente intelectual
con el lenguaje comprometido al 100% (es ausente).
Dado que los focos epilépticos se encuentran precisamente en el hemisferio izquierdo, en esa área, la cosa
se complica bastante. En su caso hubo sufrimiento
prenatal, perinatal y, además, las sospechas de un
síndrome genético están en el aire aunque hoy por hoy
los marcadores no son concluyentes”, explica Vanesa. Desde entonces, una intervención “global” y una
dedicación total por parte de sus padres para conseguir mejoras. A todos los niveles. “Desde trabajo físico
y vestibular, hasta la fuerza dirigida o la motricidad,
pasando por la estimulación intelectual mediante bits”.
A todo eso y a otros problemas de salud del niño,
se unieron rápidamente
dos hermanos. Hay que ser
fuerte y muy valiente para
afrontar un día a día así: “Yo
no me veo así. De hecho,
mi percepción es la de falta de fuerzas constante”,
afirma antes de reconocer que la sucesión de noticias indeseadas, de golpes y de una vida que se ha
ido complicando más de lo esperado ha provocado
que los altibajos se conviertan “en una constante que
asumes y llevas de la mejor manera posible”. Gracias
en parte a su marido, que ha sido “el norte, la brújula
que en los momentos de bajón” la ha reconducido, de
la misma manera en que ella lo ha sido para él.
LA SOLEDAD DE UNA VIDA NÓMADA
Granada, Benidorm, Valencia, Madrid, Melilla… Las
mudanzas son una constante en la vida de Vanesa y
FICHA
Blog: ¿Y de verdad tienes tres?
Autora: Vanesa Pérez Padilla
Edad: 41
Hijos y edades: Rodrigo (8), Aitana
(7) y Alejandro (4)
Blogueando desde: 27/11/ 2014
Temas de blog: Familias numerosas,
discapacidad, historias de niños
Visitas/mes: 15.000-20.000
Twitter: @VanesaPerez1975
Frase favorita: “Lo que no te mata
te hace más fuerte”
SEPTIEMBRE 2016 •
mama
• 23