se hace durante todo el proceso a través de las
plataformas de intercambio es tal que es muy
difícil que nos llevemos sorpresas desagradables.
En IntercambioCasas, por ejemplo, se llevan a
cabo distintas verificaciones de datos, además de
que se recomienda cumplimentar un modelo de
acuerdo, y se registra el intercambio mediante la
web indicando un resumen de las condiciones. La
clave de este tipo de forma de viajar se encuentra
en la confianza mutua: “Cuando confías no tienes
sensación de miedo pero sí nervios por vivir la
aventura”, explica Pilar, que recuerda la primera
vez como “un momento muy especial, porque has
leído mucho sobre la experiencia pero nunca la
has vivido”.
También recuerda su primera vez Maribel: “La
primera vez que intercambiamos hace ya tres
años tengo que decir que nos llevamos las cosas
de más valor y recogimos todo muy bien, pero
después de probarlo y de ir a otras casas donde
las familias confían y dejan todo en su lugar, nos
dimos cuenta que no era necesario. Si voy a una
casa de intercambio y en el armario hay ropa o zapatos o lo que sea, no lo toco, lo respeto de forma
automática”.
Los usuarios que realizan este tipo de intercambios, además, están en contacto en todo momento
a través de correos electrónicos, llamadas, webcam o fotografías, lo que aumenta esa sensación
de confianza común. Además, como explica la
autora de Bienvenidos a Lilliput,, debemos tener
en cuenta que somos nosotros mismos los que
marcamos las reglas del juego en todo momento
en nuestra casa: “Si hay una zona a la que prefieres que no se entre, algún rincón que no quieres
que se toque, o alguna norma establecida que
quieras se respete, es tan fácil como hacerlo saber.
Se recomienda firmar un acuerdo de intercambio
previo en el que se marcan todas estas cosas para
que la familia que se aloja en tu casa lo tenga todo
claro. Y por supuesto, si tienes pertenencias que
prefieres guardar o simplemente sacar de casa
durante el intercambio porque te sientes más tranquilo, ¡hazlo sin dudarlo!”. ■
JULIO 2016 •
mama
• 97