M
abel, trabajaste en cine y televisión
durante muchos años frente a las
cámaras pero en 2007 decidiste dar un
giro a tu vida y estudiaste cine para
dirigir tus propios documentales. ¿Qué
te llevo a dar ese giro a tu carrera profesional?
El desencadenante fue conocer a Irina, una mujer de
origen ruso que vino a España con su novio y que fue
vendida por éste. A partir de ese momento Irina
pasaba a tener amo, a tener un dueño, y aquello me
impactó tanto que fue lo que me llevó a escribir y
dirigir mi primer documental, ‘Voces contra la trata’,
hace ya casi 10 años.
Fue un proyecto pionero en este país. Yo quería hacer
un cine transformador que aportara valores, un cine
que sirviera realmente para poner un granito de arena,
para mejorar la vida de las personas más vulnerables
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mama
• JULIO 2016
que, por desgracia y todavía, seguimos siendo las
mujeres.
Aquel primer largometraje documental lucha por
romper algunos mitos y denunciar la existencia de la
trata de mujeres con fines de explotación, pero
todos los proyectos en los que te embarcas después
también están muy relacionados con las mujeres.
¿Por qué?
Pues porque creo que todavía no tenemos una
sociedad justa con las mujeres. Ni justa ni igualitaria.
Pero no sólo en España, sino en general en el primer
mundo. La conciliación, por ejemplo, para las mujeres
no existe. Vas en el Metro un día cualquiera y no
paras de ver a mujeres que rondan los 40 años con
unas caras de cansadas tremendas. Absolutamente
agotadas. Y no es para menos porque no sólo están