[ HISTORIAS PERSONALES ]
le siempre que sus padres
son “igual de válidos que
los de los demás”. En ese
sentido, considera que la información al respecto de su
situación ya sea en el cole,
en el parque, con sus compañeros o con los padres de
sus amigos son la llave para
normalizar su ceguera.
Pero, ¿es más difícil la
crianza de un niño en un
caso así o es una cuestión
de actitud? Nuria se decanta por la segunda respuesta
y afirma que no ha sentido,
al menos hasta el momento,
que para ella haya sido más
complicado criar a su hijo
de lo que puede suponer
la crianza de un niño para
cualquiera de nosotros.
“Habrá momentos en los
que nos las tendremos que
in geniar de maneras distintas a la mayoría de padres,
pero nos apañaremos igual.
De hecho ya tenemos pensado cómo nos iremos
organizando en el cole en el momento que empiece
a necesitar libros o material de texto: pediremos un
formato electrónico y si no, buscaremos si se vende el
ebook, lo escanearemos o incluso nos informaremos
de si la ONCE lo tiene en braille. La cuestión es tener
todo previsto para poder ayudar a Eric en el momento
que lo necesite”.
“Habrá momentos
en los que nos las
tendremos que
ingeniar de maneras
distintas a la mayoría
de padres, pero nos
apañaremos igual”
Su día a día podría ser un calco de cualquiera de
nuestras semanas: Nuria se levanta a las 06:20, se
arregla y se va a trabajar acompañada de Bella. Antes
se despide, sin hacer mucho ruido, de padre e hijo, que
aún podrán dormir un ratito más. Es Juanjo quien arregla a Eric, le da el desayuno y lo deja en la guardería a
eso de las 8 y media de la mañana tras lo que emprende su camino al trabajo acompañado de su inseparable Whost. Al mediodía, sobre las 3, Nuria recogerá
al pequeño vikingo a quien porteará hasta casa en el
autobús. “Por la tarde jugamos, le doy la merienda y,
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•
mama
• JULIO 2016
cuando quiere, ponemos
Pocoyó y la Patrulla Canina.
¡Le encantan! A veces hace
una siesta en la butaca
encima mía y yo aprovecho
ese momento para disfrutar
de alguna serie de Netflix
(es mi momento friki del
día)”. Después de la siesta,
muchos días se acercan a
ver a los abuelos y, cuando
llega Juanjo pasadas las
7 de la tarde, toca baño,
pijama, cena y a dormir.
“Muchas veces le duerme
su papi, es su momento
papá-hijo”.
Dice Nuria que el mayor
reto al que se han enfrentado en la crianza de su hijo es
al de no perder la paciencia.
“Creo que, tanto para Juanjo
como para mí, es importante
no perder los nervios y hacer
acopio de paciencia con el
tema de enseñarle que las
cosas no se tiran al suelo, especialmente la comida y el agua. Supongo que
aquí tenemos un plus de dificultad al ser ciegos para
encontrar lo que tira y en ocasiones tener que limpiar
el estropicio. Y cuando ya se lo has repetido infinidad
de veces, es tarde, estás cansado y vuelve a liarla… es
muy difícil lo de acordarse de contar hasta 10
sin alzar la voz o dar un grito de frustración.
Realmente llevo muy mal cuando pierdo la paciencia porque sé que es un niño pequeño”.
Aunque parezca sorprendente (y ciertamente
lo es), Eric ha parecido captar rápido la deficiencia visual de sus padres. “Con 8 o 9 meses
cuando quería algo ya nos cogía la mano y
nos la acercaba al objeto que quería. A todo
el mundo le impresionaba, y le sigue impresionando, ver esto”. Ahora, Eric, ya empieza
a expresar algo más lo que ve y a ser los ojos
de sus padres: “¡Es algo que le sale tan natural!
Yo misma me maravillo. Cuando vamos por la