[ HISTORIAS PERSONALES ]
Sus padres dejaron todo en su casa en Navarra para
vivir con ella, su marido y sus hijas desde que llegó el
diagnóstico. “Ellos me lo hacen todo: la comida, las cosas de la casa, me ayudan con las niñas, me llevan a las
citas… para que yo simplemente me concentre en mi
recuperación. Soy una privilegiada en ese sentido”. Su
marido también ocupa un gran papel en este proceso
y es él en quien se apoya
a nivel emocional: “Intento
llorarle sólo a él para no
amargar a todo el mundo. Por suerte tiene una
entereza y un sentido del
humor que finalmente me
hace pasar del llanto a la
risa, pero supongo que no
será un buen trago para él
aunque no me diga nada
al respecto”.
Dicen que los buenos
y los malos momentos te
demuestran quiénes son
tus verdaderos amigos.
Sin embargo, no comparte esa opinión Mamá en
red, quien opina que al
amigo que se ha alejado
un poco de ella no le debe guardar ningún rencor:
“Sé que esta enfermedad da miedo y a veces no se
sabe qué decir, y para mí siguen siendo tan buenos
amigos como siempre. El miedo es humano y cada
uno hace lo que puede como amigo. Todos podemos equivocarnos”.
VOLVER A ESCRIBIR EN EL BLOG COMO PARTE DE
LA RECUPERACIÓN
Mamá en red no surgió como una necesidad personal de contar y aportar algo al mundo online. En
2012 Miriam se quedó en paro y en ese momento
decidió hacer un curso de community manager. “Entre los trabajos que debíamos cumplir en el curso estaba la creación de un blog y, como yo acababa de
dar a luz, decidí crear un blog dedicado a las mamás
y a los bebés porque era lo que más a mano tenía y
más cómodo me resultaba. Tras acabar el curso le
fui cogiendo el gusto hasta que se convirtió en parte
importante de mi vida y en mi otro yo en la red”.
Dice en la presentación de su blog que a través de
su bitácora personal intenta “facilitar con consejos e
información la vida de los padres, siempre con humor
y con una actitud positiva”, que está convencida de
que es crucial al relacionarnos con los niños: “si
siembras este tipo de
relación lo que obtendrás
de vuelta es lo mismo
que tú les has enseñado”.
Pero no siempre es fácil.
“Cuando la cosa se recrudece, porque no todo es
color de rosa, podemos
echar mano del humor,
contar hasta diez y no
perder los papeles”.
Cuando le diagnosticaron el cáncer desaparecieron las ganas de
seguir escribiendo en el
blog, al menos en un primer momento. “Siempre
he tratado temas bonitos y alegres en el blog y hablar de mi enfermedad
me parecía como ensuciarlo”. Pero con el tiempo,
y una vez que se encontró mejor, decidió volver a
escribir y empezar a hablar sobre su cáncer: “Quise
darle a los posts una finalidad útil como la prevención, formas de enfrentarse al cáncer, cuidado de la
alimentación… siempre desde mi experiencia. Esto
me ha ayudado a dejar un poco la rabia y el dolor y
a desahogarme. Fue un paso más que tuve que dar a
la hora de aceptar mi enfermedad”.
En la blogosfera maternal tiene “pocas pero
buenas amigas” y en todo momento se ha sentido
muy apoyada tanto por ellas como por completos
desconocidos que no han dudado en volcarse y
ofrecerle todo su cariño: “La empatía de mis compañeras ha sido total. Sabemos hacernos una piña
aunque no nos conozcamos mucho porque teneMAYO 2016 •
mama
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