“Recibí una
llamada para
preguntarme
cuándo me
incorporaba.
No les gustó
nada mi
respuesta”
ras más de catorce años
en Los 40 Principales,
donde te convertiste en
una de las voces más
reconocibles de la radio
musical, se rompió un
matrimonio que parecía de
por vida. Hemos leído en alguna
entrevista que los directivos de la
radio no te lo pusieron muy fácil a
raíz de tu paternidad. ¿Influyó
convertirte en padre en el fin de tu
relación con la cadena?
La respuesta precisa a esto solo la
sabrán ellos porque son los que tomaron la decisión.
Ahora, yo sí que puedo decir que desde el momento
en el que fui padre hubo un cambio de actitud radical.
De hecho, cuando comuniqué que iba a ser padre
otra vez mi jefe miraba al ordenador. Tampoco quiero
dedicarle más tiempo a gente que no lo merece pero
es cierto que yo trabajaba en una cadena para gente
joven, moderna, y desde que fui padre de mi primer
hijo parece que mi jefe era del siglo pasado y ahí se
quedó y pensó que yo ya estaba mayor, me reprochaba que no salía por la noche, que no iba a conciertos...
Y en esto obviamente no influía que tuviera hijos o no,
es que me levantaba a las 4 de la mañana para ir a la
radio y claro, era complicado. Pero bueno, más allá de
percepciones, lo cierto es que mientras yo estaba de
permiso de paternidad de mi primer hijo, a los tres
días de nacer, recibí una llamada para preguntarme
cuándo me incorporaba. Y no les gustó nada mi
respuesta, que fue obviamente que me incorporaba
cuando tocaba, en dos semanas.
Esa ruptura te permitió en cierto modo dar el salto a
la pantalla donde has conseguido afianzarte en el
horario de sobremesa. ¿Os lo pasáis tan bien en
Zapeando como parece?
Sí. ¡Y más! Para mí es el mejor momento del día y es
más divertido de lo que parece. Realmente somos un
grupo de amigos que se reúnen como lo harían los
personajes de Friends en aquella cafetería, pero
nosotros lo hacemos en un plató y sin cervezas ni
cafés. La verdad es que mi programa de televisión
ha sido un regalo porque pese a que ya llevamos
más de dos años es cierto que los inicios fueron
duros, e incluso la dirección de la cadena llegó a
encargar otro programa en las primeras semanas
para que nos sustituyera porque no acababan de
verlo. Y mira, al final todo fue
cuestión de suerte: aquel
programa encargado no fue lo
que esperaban y nosotros
progresamos bien... Con tiempo
y con trabajo bien hecho al final
se consigue lo que uno quiere.
Entiendo que esto es un
negocio y que al final necesitas
una buena audiencia para que
los anunciantes quieran gastarse el dinero de su campaña. Por
mucho que a un directivo le
pueda gustar un proyecto, si no
es rentable, ese programa deberá terminar con todo
el dolor de su corazón. Mejor no tomarlo como algo
personal.
Durante unos meses, además, has compaginado tele
y radio, donde has presentado el magazine matutino
de Kiss FM. ¿Tenías mono de radio?
Sí, la verdad es que tenía mono de radio y, además,
era una asignatura pendiente precisamente por lo que
comentaba antes de que mi salida de la radio anterior
no fue voluntaria. Así que bueno, tenía yo esa espinita
clavada, llegó una buena propuesta y la asumí.
Por cierto, si tuvieras que elegir, ¿te quedas con la
radio o con la tele?
Esto es como preguntar si quieres más a papá o a
mamá (risas), los quieres igual, pero diferente. Y en
este caso pues es lo mismo. Papá tiene cosas buenas
y cosas que no te gustan y mamá pues también pero
no podrías elegir entre uno y otro. Para mí es lo
mismo.
¿Y cómo has llevado eso de trabajar mano a mano
con tu mujer? ¿Hacéis mejor equipo en las ondas o
en la crianza de vuestros hijos?
Hacemos mejor equipo criando a nuestro hijos, por
supuesto, porque además criando a nuestros hijos
estamos en unas condici