Madresfera Magazine 03- Marzo 2016 | Page 24

M illones de niños y niñas son víctimas de agresiones verbales y/o físicas en todo el mundo. Sufren muchos tipos de violencia que, a veces, es silenciada u ocultada bajo premisas como “son cosas de niños”, “son chiquilladas” o “eso es algo que ha pasado toda la vida”. Sin embargo, el acoso escolar es un problema realmente grave con consecuencias devastadoras a nivel emocional y, en ocasiones, también a nivel físico. Los insultos, los rumores, las vejaciones, el aislamiento social, las agresiones físicas y las coacciones durante meses, e incluso años, tienen consecuencias terribles para todos los actores implicados: acosados, acosadores y espectadores, pero especialmente para los primeros. En España, pese a que la preocupación y la concienciación social hacia el bullying se han incrementado en los últimos años, aún queda mucho camino por recorrer para que los adultos sepamos cómo abordarlo y con qué recursos contamos para ponerle solución. No existe un plan integral de lucha contra todas las formas de violencia en la infancia ni actuaciones dirigidas a víctimas, agresores y al grupo del que forman parte. La edad de los niños que sufren o ejercen ese acoso no le quita importancia: es una forma más de violencia. En este caso, además, estamos ante un tipo de violencia que es intencionada, recurrente y que deja a la víctima indefensa, pero que tam24 • mama • MARZO 2016 bién culpa al agresor sin ir a la raíz de su conducta. FAMILIAS Y PROFESORES, TRABAJO EN EQUIPO 1 de cada 10 estudiantes españoles afirma ser víctima de acoso y un 7% dice sufrir acoso a través de internet o del móvil en nuestro país. Son los datos del último informe de Save The Children sobre acoso escolar. A través de los mismos sabemos que los colectivos más vulnerables son las chicas y los más jóvenes: “Las chicas se ven expuestas a más situaciones tanto de acoso como de ciberacoso, también encontramos más casos de acoso entre los estudiantes de primer ciclo de la ESO que de segundo ciclo”. El informe elaborado por la ONG destaca que “la participación de los niños y niñas es determinante para solventar estas situaciones” e insiste en que “deben asegurarse medidas de protección y cuidado para la víctima, y que las medidas que se tomen con el agresor estén enfocadas a la restauración de derechos de la víctima y la reeducación y toma de conciencia, y no centradas únicamente en un enfoque punitivo de castigo del agresor”. Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva, presidente de Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) , explica a mama que en los dos últimos años las peticiones de ayuda que les llegan vía teléfono o mail se han incrementado en un 30%. Aún así, asegura que los que llegan a la asociación “son sólo la punta del iceberg”, ya que normalmente “los casos que se denuncian son los que llegan a inspección educativa o fiscalía de menores”. Jesús Niño Triviño, psicólogo, profesor y coordinador del servicio El Defensor del Profesor , por su parte, no considera que la proliferación de los casos de acoso escolar y el aumento del número de noticias relacionadas con ello en los medios de comunicación se deba a un aumento real de los mismos, sino al cambio de ciertas actitudes en relación a la denuncia de estos hechos: “Poco a poco la sociedad se va haciendo más consciente de la importancia que tiene hacer públicas estas situaciones y dentro de esta tendencia se encuentran los docentes y los alumnos”.