[ EL POST DEL MES ]
años en “silencio” es un regalo maravilloso volver a
disfrutar de escribir. Además me ha aportado
conocer a gente valiosísima y que forman parte de
mi día a día. Y, por supuesto ha sido un grandísimo
apoyo en mi maternidad. Me ha ayudado a ser mejor
madre, sin duda.
Muchos nos hemos enfrentado en alguna ocasión a
aquello de “dejo el blog”. ¿Le ha ocurrido a Vanesa
también o siempre has tenido muy claro tu camino?
La última vez creo que fue la semana pasada,
cuando se me llenó el correo hasta la bandera por
quinta vez en lo que va de año. Me supera, a muchos
niveles, y eso me estresa, y cuando me estreso me
entran ganas de salir corriendo. Así que mínimo dos
veces por mes digo, “ya está, se acabó, lo cierro”.
Siempre he sido muy metódica y puntual con el
trabajo y con el blog no lo consigo porque mi
tiempo disponible ahora mismo no alcanza para
cubrir ni el 20% del trabajo que me genera el blog, y
eso me crea muchísima frustración, la verdad. Pero
bueno, estoy intentando aprender a gestionar mejor
mi tiempo, y desde luego no estoy por la labor de
echar el cierre.
En el post de “El día que apagué la tele y mi hijo
hizo un cohete” hablas de como los niños no
necesitan la tele sino ofrecerles recursos para
imaginar. ¿Nos hemos vuelto muy cómodos en la
crianza de nuestros hijos?
Decir que nos hemos vuelto cómodos igual es muy
duro y seguramente sea injusto. Volvemos al tema
de la exigencia del que hablábamos antes. A veces
no tienes herramientas y tiras de lo que conoces, sin
pararte a pensar demasiado si será lo mejor, o
pensando que no es malo. Encontrar recursos
alternativos requiere un tiempo y un esfuerzo que
muchas veces no tenemos a nuestro alcance, y sobre
todo requiere ser conscientes de que es necesario. Y
mucha gente no lo es; el niño está entretenido con la
tele, pues perfecto, ¿qué hay de malo? También
sucede que cuando entran en la dinámica de la
tecnología resulta muy difícil sacarles de ahí, y
muchas veces no tienes la fortaleza moral de ponerte a pelear con el niño, después de estar todo el día
fuera, tan sólo quieres estar un rato con él y que sea
un rato tranquilo, a poder ser.
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•
mama
• MARZO 2016
El ritmo loco de vida que llevamos tiene como
resultado padres nerviosos y cansados a los que les
cuesta sacar fuerzas para jugar con sus hijos.
¿Crees que es importante hacer un esfuerzo?
Si, desde luego. Aunque sólo sea un pequeño rato
cada día, jugar al escondite, o al tres en raya, hacer
torres… Necesitan ese rato en que les dedicamos
toda nuestra atención para sentir que son importantes en nuestras vidas. Es obvio que lo son, pero no
siempre nos damos cuenta de que esos detalles son
los que hacen que ellos se sientan así.
¿Recuerdas cómo jugabas cuando eras pequeña?
¿Cuál era tu juego o juguete favorito?
De pequeña vivía en un pueblo, así que jugaba
muchísimo en la calle con mi bicicleta. Recuerdo
hacer carreras con mis primos, tirarnos por cuestas
empinadas con la bici, hacer carreras subidos a los
muros de casa de mi abuela… ¡Éramos tremendos!
Recuerdo mucha calle e inventarnos muchas cosas
pero mi juguete favorito era la bici, sin duda.
¿Tienes en mente más planes para fomentar la
imaginación de tus peques?
Lo que tengo es al peque totalmente desatado, ¡he
creado un monstruo! Tengo muchas ideas en mente,
pero la base de todo es poner ante sus ojos elementos que les hagan soñar, y disfrutar viendo hasta
dónde llegan. Lo del cohete fue como una especie
de click que nos hizo recordar a todos lo importante
que es aprender a mirar más allá de lo que ven
nuestros ojos y a mí particularmente me recordó lo
maravillosa que es la imaginación de un niño. Como
padres, creo que, sin duda, debemos invertir tiempo
en alimentarla. ■