[ SOLIDARIDAD ]
Un dato más dramático aún es el de los fallecidos: alrededor de 12.000 niños han muerto como consecuencia
de la guerra en Siria. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el 30% de las más de
3.700 personas que murieron en 2015 intentando llegar
a Europa por mar eran niños. Datos de un estudio del
Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los
Desastres (CRED), por su parte, apuntan que en Siria los
niños representan el 9% de los muertos en tiroteos y el
26,8% de las víctimas mortales en bombardeos. “Pese a
los fallecimientos casi diarios de niños, la memoria colectiva es siempre a corto plazo”, lamenta el responsable de comunicación de Cruz Roja Española.
Si salir de un país en guerra es de por sí peligroso,
quedarse en él no es una opción
mejor. Susana Hidalgo, responsable de Comunicación de Save The
Children, conoce muy bien cuál es
la situación de los menores y de
sus familias: “Los niños de Siria viven en una situación de extrema
vulnerabilidad. Muchos de ellos han
visto sus hogares destruidos por
las bombas, han asistido a la muerte de familiares o han tenido que
abandonar su hogar convirtiéndose en desplazados internos. Los
continuos ataques y la utilización de las escuelas por
parte de grupos armados hacen que muchos niños no
puedan acudir a la escuela, con las lógicas consecuencias que esto tiene en su desarrollo”.
Según datos facilitados por Susana Hidalgo, antes de
la guerra casi todos los niños sirios acudían al colegio,
con un índice de alfabetización del 95%. Más de cuatro
años después del inicio del conflicto, 3 millones de niños
no van a la escuela y Siria tiene uno de los índices de
asistencia más bajos del mundo. En Alepo, por ejemplo,
una de las ciudades más castigadas por la guerra, la tasa
apenas alcanza el 6%. “Se habla ya de una generación
perdida en Siria. Además, algunas ciudades llevan meses bajo asedio, como la ciudad de Madaya, a 25 kilómetros de Damasco. Allí la falta de comida, medicinas y
otros bienes de primera necesidad ponen en serio riesgo
la salud y la vida de los niños, especialmente de cara al
avance del invierno”, explica la responsable de Save The
Children. El pasado 12 de enero, mientras redactábamos
este reportaje, las tropas de Bachar el Asad levantaron
el cerco para que la comida y los suministros pudiesen
entrar en una ciudad que había conmocionado al mundo
con sus dantescas imágenes de niños y ancianos desnu-
tridos. Tuvieron que morir 28 personas por inanición o
falta de medicinas. 6 de ellas no llegaban al año de vida.
El papel de las ONGs es fundamental en este tipo de
conflictos 儁