Madresfera Magazine 02- Febrero 2016 | Page 56

[ SANA-MENTE ] “Queremos niños perfectos, redondos y brillantes, como los tomates del supermercado, pero los niños son distintos” POR ADRIÁN CORDELLAT FOTO: IHORTAL.ES E l cerebro del niño explicado a los padres” irrumpió con fuerza en el mercado editorial en el último trimestre de 2015. En Mama hemos querido conversar con su autor, el doctor en psicología y neuropsicólogo Álvaro Bilbao, que mezcla en el libro sus grandes conocimientos en la materia con su experiencia como padre por partida triple. Nos adentramos de su mano en el cerebro de los niños. En “El cerebro del niño explicado a los padres” dices que el 50% de la inteligencia de un niño viene determinada genéticamente y que otro 25% dependerá de sus relaciones, amigos y compañeros. Teniendo en cuenta estos datos, ¿nos obsesionamos demasiado los padres con nuestra capacidad de influencia en ese aspecto o con unas buenas estrategias podemos sacar mucho partido a ese 25% que teóricamente nos pertenece? En realidad esa es una interpretación de los estudios. Los padres son esenciales en el desarrollo del 100% de la inteligencia. Sin la leche materna, sin las caricias, sin la estimulación del lenguaje de padres y madres o sin las conversaciones entre padres e hijos el desarrollo de la inteligencia estaría muy limitado. Por casos dramáticos de niños criados entre lobos o monos, sabemos que sin el estímulo de la familia la inteligencia no tiene posibilidades de desarrollo pleno. Lo que dicen los estudios es que no hay muchas diferencias entre el estímulo que ofrecen unas familias y otras. Mi interpretación y la de otros muchos investigadores es 56 • mama • FEBRERO 2016 que los padres que saben estimular, que respetan la curiosidad y el ritmo de desarrollo de sus hijos y que utilizan ciertas técnicas de comunicación como las que explicamos en el libro o en los cursos online , sí que marcan la diferencia. Hay muchos estudios que lo demuestran. En ese sentido, cada vez vemos a más padres obsesionados con la educación de sus hijos, padres que les hacen escuchar música clásica desde bebés, que se desviven en ejercicios de estimulación temprana, que no reparan en gastos por llevar a sus hijos a escuelas que prometen crear genios y que han proliferado en los últimos años. ¿Qué opinas al respecto? ¿Qué influencia real pueden tener en el desarrollo cerebral de sus hijos? El padre o madre que vive obsesionado enseña a su hijo o hija a obsesionarse con las cosas, les hace percibir la vida con presión y no es bueno que los niños crezcan viendo o experimentando estrés. Durante los seis primeros años de vida, de hecho, lo más importante que puede hacer el niño es recibir afecto, leer cuentos y recibir el estímulo del lenguaje y jugar libremente. Desde mi punto de vista es un error tener a los niños hiperestimulados y presionados. La mejor opción es despertar en ellos el deseo de explorar y el gusto por aprender, en lugar de ahogarlos. Dices en tu libro que en tan sólo dos décadas se ha multiplicado por siete el número de niños norteame-