dilema pocas veces se lo plantea un hombre.
M.M: Tú que trabajas en el Congreso y escucharás
chascarrillos y conversaciones: ¿Hay esperanzas de
cambio en ese sentido? ¿Ves a los partidos políticos
preocupados por la conciliación?
S.O: No parece, aunque es verdad que he visto que
a los dos líderes de los partidos emergentes, tanto
a Pablo Iglesias como a Albert Rivera, se les hacen
preguntas sobre su vida personal que antes sería
impensable. Jamás he escuchado preguntar a nadie
a Rajoy sobre sus hijos. En cambio, sí que he visto
preguntar a Albert Rivera cómo se organiza como
padre divorciado con una hija. Eso ya me parece un
paso. Que ellos empiecen a hablar de estos temas
que parecían reservados a las mujeres ya me parece
bárbaro. Serán las nuevas generaciones las que
cambien definitivamente todo esto porque no hay
nada como padecerlo. El político que anda por las
calles, se da cuenta de que hay socavones en el
suelo. Si siempre han mandado hombres que no han
notado el problema de la conciliación, pues no se
ha solucionado. Esto es bastante fácil.
M.M: Cada vez hay más voces que reclaman cambios
para favorecer una conciliación real entre vida y
trabajo. ¿Llegan sus voces al Congreso o es verdad
aquello de que los políticos viven muy alejados de la
realidad de los ciudadanos?
S.O: Llegan, porque tampoco es que los políticos vivan
aislados del mundo, pero no se han traducido en
ninguna iniciativa legislativa, eso es verdad. Hay
algunos partidos que ya llevan en su programa de cara
a las próximas elecciones la igualdad de los permisos
de maternidad y paternidad. Eso ya provocaría que a
las mujeres no se nos señale ni se nos pregunte en una
entrevista si tenemos pensado ser madres.
M.M: Al margen de la racionalización de horarios y la
flexibilidad: ¿Por dónde más crees que deberían pasar
los cambios para hacer del nuestro un país que sea un
ejemplo en materia de conciliación?
S.O: Guarderías realmente asequibles y ayudas reales
para que la mujer pueda salir a trabajar. ¿Qué pasa en
verano? ¿Qué hacemos durante los dos meses y
medio de vacaciones de los niños? Pues mira, igual
estaría bien que te pudieses desgravar los campamentos. Sería una idea. Y también como comentaba
antes, entender que las familias son pymes y que
contribuimos a generar riqueza igual que lo hace una
empresa de ultramarinos.
M.M: Sabemos por experiencia que el periodismo no
es precisamente la mejor profesión para conciliar vida
y familia. Y más aún cuando tienes que dar la cara en
un informativo a las 9 de la noche. ¿Cómo se llevan las
maratonianas jornadas en el Congreso?
S.O: Con organización germana en casa, porque no
queda otra, dejando la culpa en el coche o en el
parking de las Cortes, y luego teniendo suerte, como
en mi caso, de tener una jefa muy cómplice, que
entiende que si no hay nada me voy, que si necesito
un día escaparme antes del informativo, me puedo ir.
Al final se trata de tejer alianzas con compañeros y
jefes, de levantar la mano y hablar con tu empresa
para llegar a acuerdos. Tenemos que hacer ese
ejercicio de perder el miedo.
M.M: ¿Cómo es tu día a día como periodista, madre y
mujer?
S.O: Maratoniano. Mis hijos ya son medio mayores y
van al cole, así que por las mañanas son las prisas
habituales de cualquier casa. Durante el día hay una
especie de paréntesis en el que cruzas los dedos para
que no te llamen del cole diciendo que se han puesto
malos o se han abierto la cabeza (risas). Por la tarde
pegada al teléfono, porque no paran de llamarme
para ver cuándo voy a llegar. Y por la noche con
ganas de llegar a casa y poder dedicarles un ratito. Si
están despiertos, claro.
M.M: ¿Qué consejos darías a otras madres en tu
situación?
S.O: Que no renuncien. Que tengan ese punto de
coraje y resistencia. Al final los niños crecen, en el
cole empiezan a tener horarios más compatibles
con la vida, hay actividades extraescolares que
también te dan a ti más tiempo… La maternidad es
una carrera de fondo. Tú miras el túnel y no ves luz,
pero la hay, hay luz al final del túnel, lo que pasa es
que hay que resistir y ser fuerte. Si te gusta lo que
haces, claro.
M.M: Y para terminar, ¿pasarán nuestras hijas de ser
“nosotras que lo quisimos todo” a ser “nosotras que
lo tuvimos todo”?
S.O: (Risas) Creo que marcha atrás en derechos y
libertades seguro que no vamos a ir. Espero que
sigamos avanzando para que las mujeres de
futuras generaciones, vuestras hijas, porque yo no
tengo hijas, vean que tenerlo todo realmente
compensa. ■
FEBRERO 2016 •
mama
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