“La sociedad la
han organizado
los hombres
con poder y sin
responsabilidad
en casa”
esto lo van a solucionar las
mujeres con poder, las mujeres
que saben que una reunión a las 7
de la tarde te parte en dos. Todas
las mujeres con responsabilidad
empresarial lo dicen. Y creo que
serán ellas las que cambien esta
dinámica del sistema tan perversa
que perjudica sobre todo a las
mujeres. Ya lo está haciendo, por
ejemplo, Ana Botín, que no
permite en el Banco Santander que haya reuniones
por la tarde. Al final esa organización redunda en
beneficio de todos. Por otro lado es necesaria más
flexibilidad, que existan fórmulas que te permitan
acumular el trabajo en tiempo libre. Eso existe. La
Comisión Europea, por ejemplo, lo hace. Seamos flexibles, que aquí parece que tiene que estar todo tasado
para que parezca que hacemos bien nuestro trabajo.
Y luego medidas reales: con la crisis se han cerrado
guarderías, se han reducido ayudas a la dependencia,
se entiende que la ayuda externa en los hogares es un
lujo, cuando yo creo que es una necesidad… Tienen
que primar de alguna manera las ayudas públicas.
Es decir, si tú tienes a una persona en casa contratada regularmente, ¿por qué no puedes obtener algún
tipo de beneficio fiscal? La familia es una pyme que
genera puestos de trabajo, ¿por qué no podemos
entenderlo así? Yo al final me he podido organizar a
costa de tener una persona en casa que me supone la
mitad de mi sueldo, pero lo hago para poder trabajar,
no para que me pongan un zumo de naranja por la
mañana. ¿Cuántas mujeres hay que no tienen familia
cerca y no llegan a todo? Familia igual a pyme y si
hago un contrato, bonifíquemelo.
M.M: Escribes en la novela: “Las empresas no asumen
que tú asumes una responsabilidad extra cuando
decides cuidar y educar a tus hijos: No se valora. Se
penaliza”. ¿Qué falla en esta ecuación: el sistema, una
mentalidad anquilosada de los empresarios…?
S.O: La maternidad implica unas obligaciones para la
empresa, un cambio de situación. Hay que revalorizar el
cuidado en este país. A un hombre que pide una reducción de jornada lo miran mal. Algo tenemos que hacer. El
Consejo del Poder Judicial, por ejemplo, en las oposiciones al cuerpo de letrados, da puntos a las mujeres que se
han ido a cuidar de sus hijos porque entienden que han
estado haciendo una labor. Nos preocupamos cuando un
niño acuchilla a un profesor en el instituto, pero no nos
hemos preocupado de qué forma ha crecido ese niño. Nos
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mama
• FEBERO 2016
escandalizamos con los niños que
vuelven a casa solos del colegio,
pero ¿existe realmente otra opción?
Hoy los niños salen del instituto a las
2 del mediodía, ¿cómo lo hacemos?
¿Quién se encarga de ese niño?
Tampoco me parece, por supuesto,
esas mujeres que no tienen hijos
porque su empresa le va a mirar mal,
porque puede perder su trabajo. No
me parece. Hay que quererlo todo.
M.M: No quiero ser defensor de las empresas, que
parte de culpa tienen, ¿pero no crees que se podría
hacer mucho más en beneficio de la conciliación
desde la esfera política?
S.O: No se hace apenas nada. Se han hecho cosas
para las familias numerosas, para tal y cual, pero
luego hay como una especie de país emergente, de
clase media con uno o dos hijos, que no llegas a ser
familia numerosa ni a recibir ninguna ayuda de nada.
También es verdad que nos ha pillado una legislatura
muy difícil por la crisis y el tema de la conciliación es
el último, de los menos prioritarios.
Al final se trataría de estimular a las empresas a
hacer cambios en su organización que redunden en el
bien de sus empleados. La sociedad la han organizado los hombres con poder y sin responsabilidad en
casa. Y los horarios igual, porque les parecía genial
llegar a casa con el niño ya bañado y listo para irse a
la cama. Eso es lo que han hecho los tíos. Por eso
confío en que esto lo cambien las mujeres.
La primera mujer presidenta del Tribunal
Constitucional, María Emilia Casas, por ejemplo,
se dio cuenta al llegar al puesto de que las
deliberaciones de los plenos eran por la tarde.
Ella cambió esa dinámica perversa.
M.M: Como consecuencia de esos horarios demenciales y de esa escasa flexibilidad que comentabas, entre
otras cosas, España es uno de los países con la tasa
de natalidad más baja de la UE y en el que las mujeres
son madres por primera vez a una edad más avanzada. ¿Es la solución postergar la maternidad?
S.O: No, no lo es. Hubo una generación, la de nuestras
madres, que renunció a trabajar. Luego hubo otra,
que cambió muchas cosas, pero que renunció a ser
madre. Las mujeres de nuestra generación lo queremos todo. Que a ti te encante tu trabajo y tengas que
renunciar a él es una jodienda, sobre todo po rque tú
naciste en libertad y nadie te contó este timo. Y ese