[ ENTREVISTA ]
¡Uff! ¡En todo! Es como verlo todo desde una perspectiva diferente. ¡He hecho tantas cosas que dije que
nunca haría…! He descubierto una parte de mí que
desconocía y que tengo mucha más paciencia de la
que pensaba. Antes de nacer mi hijo, la educación me
importaba un pimiento. Creía que educar consistía en
dar órdenes y nada más lejos de la realidad… Educar te
exige estudiar a la otra persona, conocerla y conocerte
a ti mismo. ¡Es apasionante!
España es escandaloso, 22%, el doble de la media
europea. Y casi no tenemos alumnos brillantes en las
pruebas del Informe PISA. Algo falla.
Para muchas madres la maternidad supone un
cambio no sólo de percepción del mundo sino de
valores. ¿Te sientes identificada con esto? ¿Por qué
crees que ocurre?
Cuando llegan las notas, los padres tenemos más
miedo que ellos. ¡Y en cierto modo es normal, porque
vivimos en un mundo muy competitivo! Queremos que
se formen lo mejor posible para que puedan tener más
oportunidades. Nos obsesionamos, por miedo, y no
vemos que esos niños, que igual sacan malas notas,
son capaces de hacer cosas increíbles, creativas y
emocionantes. Se nos olvida que también hay otras
virtudes y que para aprender necesitan nuestro apoyo,
tanto como jugar y equivocarse.
¡Desde luego! Mi orden de prioridades se ha dado la
vuelta. Primero pienso en él y luego en todo lo demás.
Cuando eres madre, te das cuenta de que cuánto más
das a tus hijos, más recibes de ellos y más feliz eres.
Además, eso te une más a tu madre. Ese cambio de
prioridades, te lleva un cambio de valores. Creo que
forma parte del instinto de supervivencia de la raza
humana.
“Los niños son personas, no máquinas”. ¿Se trata a
los niños en los colegios como robots?
En mi opinión, en los colegios tratamos a los niños
como si fueran “soldados clon”. Esperamos que todos
aprendan al mismo ritmo, las mismas cosas y de la
misma manera. Y no es así. Hace poco estuve en una
conferencia de José Antonio Marina y dijo una frase
que me encantó: “los pedagogos han tardado mucho
en darse cuenta de algo que cualquier madre sabía y
es que los niños no nacen iguales”. Yo creo que la
igualdad de oportunidades no consiste en dar a todos
lo mismo, sino en dar a cada uno lo que necesita, ¿o
acaso calzarías a todos los niños de la misma edad con
el mismo número?
Dice el neurocientífico Francisco Mora que “Sólo se
puede aprender aquello que se ama”. El fracaso
escolar en España demuestra que no se está teniendo
demasiado en cuenta esa afirmación. ¿Están obsoletos los métodos de enseñanza en nuestro país?
La OCDE ha dicho en varias ocasiones que España
tiene que modernizar su método de enseñanza.
Estamos anclados en la idea de que memorizar lo es
todo, pero la mayor parte de lo que memorizamos en
nuestra etapa académica lo olvidamos en unos pocos
días. Además, el abandono escolar prematuro en
“A veces los padres sólo vemos el valor académico de
los niños. Nuestros miedos y preocupaciones nos
impiden ir más allá y ver el resto de sus virtudes”.
¿Condiciona el miedo la crianza y educación de
nuestros hijos?
¿Educación y emociones van de la mano?
Por supuesto. Un niño que está bloqueado por una
emoción, la que sea, no puede aprender. En cambio,
está comprobado que los niños que gestionan mejor
sus emociones aprenden más y mejor. Además, según
asegura Francisco Mora en su libro “Neuroeducación”,
lo que aprendemos con emoción, lo que nos sorprende, perdura más tiempo en nuestra memoria. Por eso
creo que los profesores deberían aprender educación
emocional y algunas claves de oratoria, para dar
emoción a sus exposiciones.
Con el post titulado “Finlandia sustituye asignaturas
por proy V7F