Madresfera Magazine 01 - Noviembre 2015 | Page 62

[ SALUD ] de no informar sobre un procedimiento a realizar que incumbe a la mujer como, por ejemplo, conducir médicamente un parto que aún no se ha iniciado sin motivo para ello con rotura de la bolsa (sin informar de los pros y contras o sin pedir consentimiento para su realización); realizar un tacto vaginal sin presentarse o sin avisar ni pedir permiso; o no tener en cuenta los deseos de la mujer en su plan de parto”. Todas ellas, situaciones que a menudo se viven como naturales porque se han ‘normalizado’ pero que, sin duda alguna, atentan contra el derecho de toda mujer a ser respetada y escuchada en el trascurso de este proceso fisiológico. si podremos hacerlo, porque todo esto no se anota en los historiales clínicos”, añade Fernández Guillen. Nuestro sistema es además heredero de un modelo profundamente paternalista. Como apunta el matrón Jorge Romero, “venimos de una sociedad tradicionalmente patriarcal y el hospital no escapa de esas actitudes. Desde que se traslada el parto del hogar al hospital hace más de 40 años, el médico toma el control del cuidado del embarazo y parto de una manera paternalista y sobreprotectora desde su visión de una medicina centrada en la enfermedad, no siendo conscientes de que el parto es un proceso