Madresfera Magazine 01 - Noviembre 2015 | Page 57

[ SOLIDARIDAD ] hay y lo que más te llena”, reflexiona Juan Miguel del Castillo. Al enfrentarnos a una película todos sabemos que es ficción, pero el tono documental del filme, la forma de presentarlo, hacen inevitable no verlo como una realidad que tenemos mucho más cerca de lo que imaginamos. “Quería que tuviese mucho nivel de realismo para que el mensaje llegase más a los espectadores, para que se implicasen más y sintiesen el drama como más cercano. Por eso el uso de la cámara en mano. En estas películas es complicado no caer en el sentimentalismo, te tienes que contener mucho, a todos los niveles”. PONER EL FOCO DONDE OTROS NO MIRAN El drama de los desahucios lleva tiempo saltando a las primeras páginas de los informativos. No tanto el de las familias monomarentales, que antes de llegar a esta situación límite viven un calvario de dimensiones difíciles de comprender para quien no atraviesa una situación parecida. “Siempre digo que la película es un guantazo de realidad”, afirma el director, que añade que “más que una realidad invisible, lo que pasa es que muchas veces miramos para otro lado. Y también que las mujeres que sufren el drama lo viven con una especie de vergüenza, en silencio, de puertas adentro”. Sobre el particular conoce y mucho Juan Miguel del Castillo, que además de documentarse para la realización del filme, vivió la realidad que trata en la película muy de cerca: “Yo tenía una vecina en esa situación. Madre, soltera, con dos niños. Varias veces vino a pedirme leche, pero siempre me ponía alguna excusa. Y yo se la daba, pero no prestaba más atención, ni siquiera me planteaba qué pasaba si no se la daba. Al poco tiempo me enteré de que la habían desahuciado. Vivíamos pared con pared y ni siquiera fui capaz de darme cuenta de su situación”, recuerda. Tener tan cerca el drama de su vecina y no verlo fue, en cierto modo, el detonante de la película, el impulsor de una necesidad imperiosa de mostrar la realidad “para que quede constancia de lo que han sido estos años de crisis”. Por ello, pese a que existían muchas posibilidades, eligió también la figura de la familia monomarental para denunciar la situación a través de la gran pantalla. “Era el personaje perfecto para trasladar el mensaje que quiero hacer llegar al espectador. Al enfocar el drama en una chica joven, sola, con un hijo y sin estudios el personaje toma un cariz más frágil e indefenso”, argumenta. ‘Techo y comida’ no parece a priori una película de grandes masas, pero sí que es una historia necesaria, cine social que “pone el foco donde otros no miran”. El director jerezano s X