Las estadísticas demuestran que
viajar de espaldas a la marcha es
cinco veces más seguro que ir mirando hacia delante. Entre julio de
2006 y noviembre de 2007, por
ejemplo, ningún niño menor de 6
años murió en Suecia por accidente
de tráfico. Entre 1992 y 1997, también en el país nórdico, solamente
fallecieron 9 niños que viajaban en
sillas de espaldas a la marcha, la mayoría a consecuencia de accidentes
catastróficos que provocaron aplastamiento o intrusión.
En España, la Dirección General de
Tráfico (DGT) no diferencia en sus
estadísticas de fallecimientos y lesiones graves en accidente entre los
diferentes sistemas de retención infantil, lo que dificulta la extracción
de conclusiones. Sí contempla en
sus estadísticas el número de niños
fallecidos que viajaban sin sistema
de retención infantil.
Según los datos del último informe de siniestralidad vial de 2014, la
cifra se ha reducido a dos. Pese a
que la misma parece indicar una mayor concienciación, el objetivo es llegar a cero fallecidos sin sillita antes
de 2020. No obstante, debemos
En 2014 sólo
fallecieron en
España dos
niños por viajar
sin sistema de
retención infantil
destacar que desde la propia DGT
son los primeros en recomendar el
uso de las sillas a contramarcha.
Por lo tanto, si queremos llevar a
nuestros hijos en la posición más segura posible en nuestro vehículo, la
mejor opción es elegir aquellos dispositivos que les permitan viajar a
contramarcha durante el mayor rango de edad y peso posible. “En el
momento en el que viajar a contramarcha ya no sea viable, la mejor opción son las sillas de grupo 2/3 hasta
los 150 cm. de altura, tengan la edad
que tengan”, añade la experta.
Cristina Barroso advierte que “las
únicas sillas que son susceptibles de
proteger a los niños hasta el nivel
que nosotros queremos son las sillas
ACM”. Todas aquellas que se instalan de frente a la marcha con sistema
de arnés o escudo, con independencia de su precio y sus supuestas calidades, tienen una probabilidad muy
baja de evitar lesiones graves en el
escenario más frecuente y lesivo: el
impacto frontal.
Para muchos padres la falta de información o el precio de las sillas
siguen siendo los prejuicios más habituales cuando llega el momento
de elegir dispositivos a contramarcha. Ante esto, Cristina emplea
como símil el seguro de una casa:
“Las sillas a contramarcha no son
caras, son una inversión tan rentable
como lo puede ser un buen seguro
del hogar. Como es o