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16 Tema Central Bolivia Tema Central Bolivia octubre - diciembre 2018 América Latina enfrenta importantes retos en desarrollo y competitividad, pero a la vez tiene una gran oportunidad de repensar su futuro. La siguiente fase de Internet, Internet de Todo (IoE) -un ‘sistema nervioso’ global de redes que conectan personas, procesos, datos y cosas- ofrece posibilidades de transformación para la región, con consecuencias importantes en desarrollo, empleo y competitividad. Internet de Todo puede generar a nivel global en los próximos 10 años ingresos adicionales a las empresas y a los gobiernos por valor de $us 19 billones (2013-2022), según un estudio de Cisco Systems. De éstos, $us 860 mil millones corresponderían a América Latina. Si no se implementa el IoE, esta suma puede quedar en la mesa desaprovechada. El desafío es claro: la digitalización de países, ciudades, empresas y organizaciones es una oportunidad que América Latina no puede desaprovechar; una oportunidad sin precedentes para dar un salto en productividad y competitividad. Esta región, un mercado de más de 600 millones de personas, cuenta con sólidos fundamentos macroeconómicos. Sin embargo, los indicadores económicos y sociales destacan la necesidad de aumentar la productividad para mantener su impulso económico y social. La disminución de la velocidad de crecimiento de la economía mundial y el cambio de los patrones de inversión combinados con retos en educación, salud, infraestructura y tecnología son temas que hay que resolver. Digitalización en América Latina América Latina está atravesando un momento muy especial. Atrás quedó el ciclo de los grandes crecimientos económicos basados en la demanda de materias primas y crédito fácil. Estamos ya en un nuevo ciclo donde el ambiente macroecómico es más complejo y difícil y por lo tanto requiere reformas estructurales en la región. En esta nueva etapa es vital que lo construido y por construir sea sostenible, pensado en grande y a largo plazo, para así contrarrestar los ciclos económicos oscilantes, de grandes subidas y bajadas, que históricamente han caracterizado a esta región; y más bien, en esa línea, construir ciclos económicos muy estables, de gran desarrollo y que generen círculos virtuosos positivos de retroalimentación económica. Dentro de este contexto, las inversiones en tecnología juegan un papel determinante para lograr aumentos en productividad y competitividad y para generar un desarrollo sostenible. El principal reto a futuro no es la inestabilidad económica sino el bajo crecimiento, que podría estar en tasas de 1-2% anuales, el cual no es suficiente para las grandes expectativas de la población, en especial la naciente clase media. La única manera de crecer a una tasa mayor es aumentando la productividad: mejorando la educación, aumentando la innovación, mejorando la infraestructura y logrando una mayor competitividad. Dentro de este contexto, la digitalización de la región y en especial Internet de Todo, jugarán un papel determinante. Líderes de gobierno y de ciudades tienen visiones muy claras y ambiciosas en materia de agendas digitales. Sin embargo, estas contrastan con la realidad. Según el reciente Global Information Technology Report, América Latina y el Caribe, aunque han avanzado en el entorno de las TICs, todavía están muy abajo en el ranking. En el Networked Readiness Index (NRI), una medida de 143 países que se basa en el entorno, preparación, uso e impacto de las TICs, el primer país de la región en el ranking es Chile, ocupando la posición 38 y los demás le siguen con grandes diferencias. Lo que evidencia que la región esta aún muy por debajo en conectividad en comparación con otros países y regiones del mundo. 17 Bolivia está en el grupo de países que, a pesar de tener bajos grados de digitalización, está dando pasos acelerados en dicho proceso, según el Indice de Evolución Digital, un estudio comparativo de 60 países elaborado por Harvard Business Review. Tal condición hace que Bolivia sea altamente atractiva para potenciales inversionistas que quisieran contribuir a sostener ese proceso de innovación, lo que exige un buen esfuerzo para políticas públicas que generen la institucionalidad y la infraestructura que la temática exige. Más de mil millones de empleos y $us14.6 billones en salarios son automatizables por la tecnología actual, lo que podría abrir la puerta a nuevas formas de aprovechar la energía humana, así como a desplazar los trabajos rutinarios y aumentar las inequidades sociales. En todo el mundo, el acceso digital en sí está lejos de ser uniforme: apenas el 50% de la población mundial tiene acceso a Internet en la actualidad. El comercio digital todavía debe lidiar con dinero en papel, persisten en el mundo las transacciones en efectivo (83% de las transacciones mundiales en 2017) y no se aprovechan las alternativas digitales, pese a las innumerables opciones. El Indice elaboró un mapa digital del planeta dividido en cuatro cuadrantes. En el primero están los países altamente avanzados a nivel digital, líderes en impulsar la innovación. Para mantenerse a la vanguardia, necesitan mantener sus motores de innovación a la máxima velocidad y generar nuevas formas de demanda, sin los cuales corren el peligro de quedarse estancados. En el segundo cuadrante están los países de un alto nivel de avance digital pero que exhiben un ‘momentum’ lento. Para mantener su nivel de crecimiento digital y lograr un liderazgo suficiente necesitan eliminar los obstáculos a la innovación. El tercer cuadrante lo ocupan los países con baja puntuación en sus estados de digitalización, pero que a pesar de ello están evolucionando velozmente. Es en este cuadrante donde se encuentra Bolivia. Su significativo margen de crecimiento los hace altamente atractivos para los inversionistas. Frecuentemente detenidos por una infraestructura relativamente débil y una institucionalidad deficiente, estos países harían bien en fomentar la atracción de instituciones líderes que puedan ayudar a nutrir y sostener la innovación. En el último cuadrante se sitúan los países que enfrentan desafíos significativos debido a su bajo nivel de digitalización y bajo momentum; en algunos casos, estos países están incluso retrocediendo en su ritmo de digitalización. La forma más segura para que estos países avancen consiste en mejorar el acceso a Internet, lo que permitirá cerrar la brecha digital. Los líderes de la región deberán considerar las posibilidades que ofrece Internet de Todo, no solamente para los gobiernos sino también para el sector privado. El primer paso es aumentar la disponibilidad y adopción de la banda ancha, en particular mediante políticas que permitan alcanzar el acceso universal, aumentar la asequibilidad, incrementar las competencias digitales y cerrar las brechas de género. Adicionalmente, la región debe duplicar sus inversiones en infraestructura en general y en tecnología en particular para aumentar la productividad. Internet de Todo exige también un cambio de mentalidad y un afán por innovar. Origen: World Economic Forum & Nueva Economía