I CURSO VIRTUAL PARA PERIODISTAS // MÓDULO II
La creciente demanda de alimentos, forraje, com-
bustible y materias primas está aumentando las
presiones sobre la tierra y la competencia por los
recursos naturales. Al mismo tiempo, la degrada-
ción está reduciendo la cantidad de tierra produc-
tiva disponible, principalmente por factores exter-
nos que afectan directa o indirectamente la salud
y la productividad de la tierra y sus recursos asocia-
dos, como el suelo, el agua y la biodiversidad.
Factores de cambio como nuevos usos de la tierra
y la transformación de paisajes naturales a zonas
agrícolas, en general, tienen un impacto directo en
la cantidad y calidad del agua que se utiliza en las
montañas y en las tierras bajas. Las amenazas que
generan estos cambios incluyen el incremento al
riesgo de deslizamientos.
Estos factores de cambio no son nuevos; sin em-
bargo, la presión actual es cada vez mayor y los
procesos de destrucción de los hábitats naturales
continúan, en principio, por la ausencia de políticas
públicas adecuadas y el conocimiento sobre estos
ecosistemas, e indirectamente por factores socioe-
conómicos.
Problemáticas y oportunidades para el cambio
Los derechos sobre la propiedad de la tierra y los
recursos naturales de las montañas también son
otro factor de cambio y generador de conflictos. En
términos generales, la propiedad de la tierra en las
montañas está en manos de comunidades cam-
pesinas y la propiedad de los recursos naturales
en manos del estado, que otorgan derechos sobre
estos a terceros, impulsados por las fuerzas del
mercado forestal, hidroenergético y, en especial, el
minero. Minería es una actividad que en los paí-
ses andinos se ha promovido fuertemente en las
últimas dos décadas, y en muchos casos ha pro-
movido en países como Ecuador y Perú actividades
informales e ilegales entorno a la extracción de oro.
Las montañas también son zonas de riesgo para
las actividades humanas, debido a los terremotos
y erupciones volcánicas, procesos naturales que
condicionan su desarrollo. Por otro lado, las po-
blaciones de montaña son muchas veces directa-
mente responsables de algunos desastres como
resultado de sus prácticas de manejo, aunque es
evidente la limitada respuesta a emergencias en
las montañas, comparadas con las tierras bajas.
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